Esta semana festejamos el Día del Niño y de la Niña y la fecha nos remite a algunas reflexiones sobre las enormes amenazas actuales que pesan sobre ellos y ellas y que tendrán sin duda efectos a largo plazo.
La llegada de la pandemia del Covid vino a detener esa convivencia social que se adquiere al ir a la escuela, deteniendo también su desarrollo físico, cognoscitivo y mental. En México el abandono escolar fue muy alto derivado de que no contaban con los insumos necesarios para hacerlo en línea y en muchos lugares ni siguiera había cobertura de internet. La de por sí pobreza de aprendizaje en nuestro país ubicada en 43.2% (Hevia, et al. 2022) se suma a la pérdida de aprendizaje ¿Regresaron a las aulas todas las niñas y los niños en edad escolar? Porque las expertas y expertos señalan que la interrupción de la educación tiene efectos no solo en la perdida de aprendizajes, también en otros ámbitos como el económico y el social y han estimado una pérdida de dos años de escolaridad que el Gobierno actual no ha podido recuperar.
El sistema de salud fallido de este sexenio ha dejado huella también en niños y niñas, la carencia por acceso a la salud aumentó entre 2018-2020 (SIPI, CONEVAL) en un 77% en la primera infancia en México, la falta de vacunas amenaza la presencia de enfermedades antes erradicadas en México -según ha sido documentado- y entre la falta de medicamentos y la espera de atención han fallecido muchos niños y niñas.
En este sexenio según el índice del Progreso Social, la niñez vive graves retrocesos, deterioros y rezagos en salud y en educación, pero también en pobreza y en desigualdades.
Si las violencias al interior de las familias aumentan exponencialmente ¿cuántas de esas violencias se dan en presencia de niños y niñas? Porque esto impacta en su sano desarrollo, en su salud mental y física, en su comportamiento futuro y en la reproducción de ciclos de violencia cuando sean adultos ¿hay actualmente un programa de atención específico en esta materia dirigido a niños y niñas?
La inseguridad los alcanza también no solo a la que pueden enfrentar en las calles todos los días, sino a la que es producto del asesinato o desaparición de sus padres, madres o el familiar con quien vivían ¿Cuántos niños y niñas han quedado en el desamparo? ¿Cuántos tuvieron la oportunidad de tener un/a familiar que los acogiera? ¿Con quién viven? ¿Van a la escuela? Inseguridad que llega también en materia digital, la exposición de sus imágenes ha dado pie a comprometer su seguridad, a acosos, a depredadores sexuales y a muchos otros riesgos cada vez más frecuentes.
El embarazo en adolescentes es un grave problema en nuestro país, así como el matrimonio forzado y el trabajo infantil que va en aumento (INEGI, 2021).
El gobierno actual parece que olvidó los enormes daños que también han provocado sus políticas fallidas en perjuicio de niños y niñas, de ahí la urgencia de diseñar nuevas y efectivas acciones para el desarrollo de la niñez mexicana y ello pasa por la responsabilidad del Estado Mexicano y por supuesto a la suma de esfuerzos y multiplicación de posibilidades para niños y niñas.
Por eso requerimos un nuevo modelo de gobierno que incluya y favorezca a las niñas y a los niños, que reconozca las problemáticas actuales y tenga soluciones.
La propuesta de continuidad y de quien afirma que “vamos bien” no asegura atender las enormes afectaciones que atraviesan a la niñez mexicana acumuladas en este sexenio y evidencia una vez más la enorme importancia que tiene nuestra toma de decisión,
El próximo 2 de junio por un futuro seguro para nuestros niños y niñas, todas, todos a votar.