Como decía mi Tía Lucha “no hay fecha que no llegue ni plazo que no se cumpla”.
Y pos sí, resulta que luego de semanas y semanas de pura verborrea y palabrerías de poca monta, al fin llegamos al final de las campañas polacas.
A pocas horas que se realicen las votaderas en esta Puebla camotera, como verdadero respiro pa’ toda la flota llegó el final de las campañas y el rosario completo de promesas y promesas.
Este día era esperado por la banda que se tuvo que fletear desde propuestas concretas pa’ su barrio, colonia, junta auxiliar y municipio. Hasta verdaderas bazofias que los carnales chambeadores se daban color que eran verdaderas patadas de ahogados pa’ ver si chicle y pega.
Con todo eso, mis culebras, al fin vamos a descansar de ver jetas sonrientes, abrazos malacopas, arrimones sin pena ni gloria y hasta saludos inventados.
Sin olvidar el tufo gacho de quienes buscan el poder por el poder, los chapulines, los que se dan golpes de pecho y de quienes los valedores ya se la yunou que no convencen ni a las básculas del mercado.
Al fin acabaron las campañas, banda, y habrá que agarrar la mejor lección de todas, mis capiruchos, pos también nos las vimos negras con la violencia, las amenazas, violencia, guerra sucia, acusaciones de tianguis, mentadas de madre y todo lo que nos fue acumulando.
La Netflix, aún hay tiempo pa’ las otras elecciones, las intermedias, como dicen los que saben, mis culebras, y la enseñanza debe ser pa’ sumar y aprender de todo lo que nos dejan.
Ojalá que pa’ la próxima haya nuevos protocolos de seguridad, verdaderas propuestas que a todos los chambeadores beneficien y volvamos a las campañas de altura.
Sobre todo, mis carnales, que vengan más electores y los que ahora son morritos se la rifen como verdaderos críticos y valoren que el voto sí mueve las masas y cambia la historia, por cualquiera de los lados, pero la mueve.
Ahí de mientras, ya se acabó el suplicio de este 2024, banda, y si llegamos arrastrando la cobija aún falta coronar la votadera del domingo.
Arde Tehuacán
Hay que ponerle chingo de atención a Tehuacán porque en cuestión de horas se volvió un verdadero foco rojo luego de la balacera que se armó en una mapachera.
Y es que mi chismoso tehuacanero contó que la lluvia de plomo se dio cuando la banda se dio color que se compraban votos a favor del Pedro Tepole, y se quiso documentar en video.
De la noche a la mañana la plaza se ha vuelto un dolor de cabeza. Y aún falta el desenlace.