El presidente Andrés Manuel estimó, así, a ojo de buen cubero, que en su gobierno se disminuyó en 95 por ciento el robo de combustible, mejor conocido como huachicol.

Y fue más lejos. No sabemos si de manera falsa, pero sí exagerada, López Obrador afirmó que al evitar la ordeña a los ductos de PEMEX “nos hemos ahorrado como 330 mil millones de pesos”.

Estas declaraciones presentan dos cuestiones que no resisten una verificación. La primera es que resulta increíble creer que el delito del huachicol prácticamente desapareció. Quienes transitamos las carreteras del país continuamos viendo las camionetas cargadas con bidones para revender el huachicol o las llamaradas que se presentan en los campos donde se ha generado una ordeña.

Y ni hablar de los propios datos oficiales de Petróleos Mexicanos que señalan que en este sexenio se duplicaron las ordeñas a ductos donde se traslada gasolina, diésel y gas licuado (LP), en comparación con el gobierno de Enrique Peña Nieto.

Cifras que coinciden con el aumento de la violencia en las zonas donde opera el crimen organizado para vivir del huachicol.

La segunda, resulta difícil creer que “nos hemos ahorrado 330 mil millones de pesos”.

Habremos de recordar que, como parte de la estrategia para combatir el robo de combustibles, el gobierno de AMLO apostó por comprar pipas que trasladaran los hidrocarburos por las carreteras del país. Eso generó un gasto en los automotores y también en la gasolina y peaje, que se requieren para mover las pipas por las carreteras del país.

Haciendo a un lado sus primeras declaraciones, López Obrador continuó tratando de convencernos con cifras que simplemente no se ajustan a la realidad.

Aseguró que con el dinero que se ha ahorrado, los 330 mil millones de pesos que estimó, “se pagó la nueva refinería de Dos Bocas, se pagó la refinería que compramos en Houston y nos sobró dinero”.

Nuevamente el presidente presenta “otros datos” porque los recursos con los cuales se pagaron la construcción de Dos Bocas y la adquisición de Deer Park salieron de los presupuestos de egresos que por años aprobaron los diputados, es decir, de los recursos que generamos todos los que pagamos impuestos.

No existe como tal una bolsa de “ahorros” de 330 mil millones de pesos con la cual se pudieran pagar las dos refinerías.

El discurso demagógico y manipulador con el que López Obrador quiere asegurar que su gobierno ha disminuido la corrupción se suma a la mentira de que México sería autosuficiente en materia de hidrocarburos.

A unos meses de que concluya su mandato, con la construcción de Dos Bocas y hasta la adquisición de Deer Park, México sigue necesitando y dependiendo de la importación de combustibles fósiles.

Así como la reducción en 95 por ciento en el delito del huachicol o como la presunta desaparición de la corrupción, el pago de las refinerías con “los ahorros”, son sólo mitos, mentiras sin argumentos ni elementos para sostenerse.

Ni más ni menos.