La sociedad siempre ha reclamado buenos gobernantes y mejores servidores públicos, con gran empatía, liderazgo y visión; que tengan un alto espíritu de servicio, disposición, capacidad para escuchar y dar respuestas en el sentido que el caso amerite. Muchos ciudadanos, solo quieren ser escuchados.

La visión es el propósito que se desea conseguir en la vida o el sitio donde le gustaría a las personas encontrarse en el futuro. Ésta debe construirse desde las edades tempranas de acuerdo con la vocación individual, el conocimiento de gustos, habilidades y talentos que permiten elegir un destino. La visión del servidor público debe construirse al inicio de su responsabilidad, cómo se verá su sector o comunidad al final de su encargo. Es como preparar el texto del informe final solo para ponerle cifra de lo realizado.

Esta visión puede llegar hasta hacer un buen gobierno en el que solo se cuida la seguridad pública y se administra lo indispensable. Un gran gobierno, donde además se apoye el desarrollo humano y económico de los ciudadanos, o un gobierno que transforma la realidad encontrada, cambia las estadísticas y deja un legado para la historia.

El Liderazgo, según OCC-Solutions.com, es el arte de inspirar, movilizar y orientar toda la inteligencia, emociones y energía de un equipo o grupo para asegurar el logro de propósitos y objetivos comunes. Líder es la persona encargada de guiar a otras para alcanzar metas que comparten. Un líder es quien ayuda a otros a llegar allí donde no podrían hacerlo por sí solos; es quien resalta las virtudes de los otros de tal forma que ellos se den cuenta.

Al inicio de un nuevo sexenio del poder ejecutivo federal en México, de nuevas legislaturas federales en el Congreso de la Unión, algunas gubernaturas, legislaturas estatales y gobiernos municipales, me permito compartir estas sencillas reflexiones con el propósito de contribuir al desarrollo de la cultura política que ayude a hacer mejor las responsabilidades públicas.

Es innegable que el poder transforma a las personas, desde las responsabilidades más modestas hasta las más encumbradas; desde un jefe de grupo escolar, líder estudiantil, coordinador, director de escuela o rector de universidad o los distintos niveles administrativos en el servicio público o privado. La tentación de sentirse importante es inherente al ser humano y, en la mayoría de los casos, es un comportamiento inconsciente.

De acuerdo con Francisco Roca, en su libro De jefe a líder, el líder potencia a su personal, no tiene miedo a delegar responsabilidades porque sabe que así es como se avanza. El líder tiene un gran control emocional que transmite a sus colaboradores, invierte tiempo en explicar las instrucciones para no perderlo en los intentos de interpretación de los colaboradores. Cuida del ambiente laboral y promueve el trabajo en equipo porque la unión hace la fuerza y todos ganan al tener buenos resultados.

Según Firdaus Jhabvala, escritor hindú, la evolución de cada pueblo depende de la calidad de sus gobernantes. En el Manual Hindú del buen gobernante, destaca que un Buen Gobernante debe poseer autodominio, hablar con palabras de bondad y nunca de enojo.

Los seis atributos más importantes del gobernante son el discurso inteligente, la imaginación, la inteligencia, la buena memoria, el conocimiento de la ética y el conocimiento de la política. No hablar mal de nadie ni en público ni en privado y tratar a los demás como él desearía ser tratado.

En la fábula Reducido al reino de los pingüinos, Bárbara Hateley y Warren Schmidt, destacan la importancia de no generalizar en la valoración de los individuos en función de nacionalidad, color de piel, posición social, condición física, profesión, religión o creencia política. En cada grupo siempre hay buenos, regulares, malos.

En su trama principal, este cuento destaca la importancia de trabajar en equipo con los más indicados. El rey pingüino a sugerencia de la paloma, tomó la decisión de integrar al mejor de cada grupo de aves que conformaban el reino y que habían fallado en su intento para armar una máquina que llegó sin manual debido a una tormenta. La máquina en cuestión, era un submarino para explorar nuevos recursos en el mar de grandes oportunidades.

Tomar lo mejor de lo que se haya realizado, mejorar o corregir lo que aun funcione y eliminar lo que no sirvió, es recomendable.

Revisar cómo le hicieron antes, tomar las mejores sugerencias e identificar los casos de éxito para su socialización y réplica, es una buena práctica que debiera adoptarse en el servicio público.