La presidenta municipal de Izúcar de Matamoros está por dejar el cargo -y el Ayuntamiento- con una cantidad enorme de pendientes. Pendientes de todo tipo: violaciones graves a los derechos humanos, como el caso de agresiones a las periodistas por policías que ella, aún, dirige; violencia desbordada en la zona; explicaciones por aviadores o funcionarios como Miguel Riveroll Fuentes, quien cobró por meses en dos cargos públicos; o el pago de 45 días de aguinaldo a los trabajadores del municipio que se debió realizar desde antier, miércoles 9 de octubre.
Su falta de compromiso con los líderes de la mixteca se le cobró en las urnas y fue una de las alcaldesas que no alcanzó a reelegirse este año, pese a la ola morenista. El paro de labores que realizaron el mes pasado los policías municipales, así como trabajadores del servicio de limpia es muestra de su constante incumplimiento.
La falta de transparencia en las finanzas públicas le valieron un revés de su propio Cabildo. En septiembre, durante la sesión, 10 regidores votaron en contra de aprobar sus informes financieros, una regidora se abstuvo y sólo la presidenta y otro regidor fueron a favor. En resumen, los regidores que rechazaron pedían explicaciones del gasto de casi 144 millones de pesos, correspondientes a los meses de campaña y posteriores: mayo, junio, julio y agosto.
Sus cuentas públicas difícilmente podrán justificarse. Sólo en el primer año de su mandato la ASE le observó poco más de 17 millones de pesos.
Es tanta la opacidad, que del Tercer Informe de Gobierno nada se sabe aún. En la propia página oficial del municipio de Izúcar de Matamoros, la imagen principal continúa remitiendo al Segundo Informe, presentado hace un año.
Hasta ahora, Olea Torres, se ha salvado de ser acusada por tortura en el caso de las periodistas, sin embargo, el juicio, que se encuentra en el ámbito federal, continúa y busca llevarla ante la justicia como presunta autora intelectual.
La alcaldesa de Izúcar de Matamoros se sintió intocable a mitad de su trienio, cometió excesos, evitó escuchar las recomendaciones y quiso imponer su dictadura cobijada por un manto guinda con letras blancas. Ella es el vivo ejemplo de que la Cuarta Transformación no purifica.
El cierre de su administración ha sido caótico, pero ella no puede o no quiere verlo. Su ceguera y su soberbia le llevaron a decir: “Me siento satisfecha y contenta de los logros obtenidos para el bien de nuestro pueblo”, durante la colocación del Bando Solemne.
¿Si todo fuera como ella lo describe, cree usted que fuera necesaria una sesión extraordinaria de Cabildo, la madrugada de un viernes y a horas de entregar el gobierno?