De acuerdo con la Ley Orgánica Municipal, emanada del artículo 115 Constitucional, un regidor es un representante ciudadano, una autoridad que forma parte del ayuntamiento y participa en la toma de decisiones del municipio, debiendo asistir a las sesiones del cabildo y a las comisiones de las que forme parte.

Las principales funciones de los regidores son: asistir a las comisiones asignadas, presentar los dictámenes de su comisión, vigilar que se cumplan los acuerdos y disposiciones del Cabildo, informar y acordar con el presidente sobre asuntos de sus comisiones, proponer soluciones a las necesidades y problemas comunitarios, supervisar y vigilar el ramo de la administración encomendado y participar en la atención de los asuntos municipales.

El sector económico municipal generalmente se atiende en la regiduría de la industria, comercio, agricultura y ganadería.

En México, no hay escuelas para formar funcionarios públicos, se deben formar sobre la marcha después de ser electos o designados. Pero el ejercicio del gobierno exige un gran dinamismo y reclama efectividad en la atención de los problemas y resultados a la población.

Con el propósito de apoyar a los regidores y directores de agricultura y ganadería en el periodo 2024-2027, me permito compartir información elemental sobre estas áreas económicas, muy sensibles por su aporte a la seguridad alimentaria de las familias.

En primer lugar, es necesario un diagnóstico preciso de las actividades productivas y de la problemática más sentida de los productores, es decir, el conocimiento sobre lo que hacen, qué siembran, qué crían, recolectan, pescan, cazan o extraen de las zonas rurales; cómo producen, procesan y venden; cómo se abastecen de insumos y con qué servicios técnicos cuentan; qué desean y qué necesitan, qué quieren hacer y cómo se les puede ayudar.

Un lugar especial del diagnóstico lo ocupan los casos de éxito de aquellos productores innovadores que han logrado mejores resultados en las actividades productivas y que, por ello, son referente para acelerar la adopción tecnológica, sobre todo, porque la mitad del nuevo conocimiento de un productor lo obtiene de otro semejante a él que ya lo generó.

Esta información se obtiene de los archivos de las dependencias, de los censos agropecuarios o las encuestas nacionales que realiza el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI); de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), la cual publica cada año el Atlas Agroalimentario de México, con datos del Sistema de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP). Pero la fuente más inmediata y actualizada es la que puedan proporcionar directamente los productores, especialmente los comisariados ejidales y los representantes de organizaciones sociales y económicas.

También se requiere conocer las necesidades de los productores del municipio, y conocer los programas federales y estatales para identificar posibilidades de acceder a estos apoyos.

Es necesario integrar un Programa de Trabajo con acciones de impacto, metas claras y estrategias; en la medida de lo posible se debe resolver lo que no se ha podido. De las acciones implementadas se esperaría una mejora en la alimentación de las familias, generar empleo u ocupación productiva, aumentar los rendimientos, bajar los costos de producción, mejorar el uso de los recursos naturales agua y suelo, mecanizar, tecnificar, agregar valor a las cosechas, vender mejor y aumentar los ingresos de los productores, sin dañar al medio ambiente.

Es completamente necesario que este Programa de Trabajo para el desarrollo del campo municipal se respete y debe invariablemente privilegiar los servicios técnicos sobre los apoyos materiales, aunque aparentemente vaya contra los criterios de lucimiento político. La capacitación, asesoría y acompañamiento técnico son fundamentales para potenciar los apoyos materiales o las transferencias en efectivo. Muy poco impactan los fertilizantes, la maquinaria, la entregar de insumos, ganado o equipos, sin capacitación, sin asesoría y sin el interés de los receptores.

Aunque puede causar incomodidades, una de las formas de inclusión más efectivas para el desarrollo agroalimentario es la integración del Consejo Municipal de Desarrollo Rural, establecido en la Ley Federal y Estatal de Desarrollo Rural Sustentable. Si se hace bien, en este Consejo deben estar integrados todos los actores del sector productivo.

Para la operación de los Programas y Apoyos al campo, la SADER cuenta con oficinas regionales, conocidas como Distritos de Desarrollo Rural (DDR), y la Secretaría de Desarrollo Rural (SDR), con delegaciones.

El regidor y/o director de industria, comercio, agricultura y ganadería es fundamentalmente un gestor de los ciudadanos que representa. Es el primer contacto de los tres órdenes de gobierno, y en coordinación con el regidor de ecología y medio ambiente, con el de educación y las demás áreas, tiene la gran oportunidad de trasformar las condiciones de vida de las familias del campo.