“Entonces, bueno, ellos hicieron diversos planteamientos y a la Secretaría de Gobernación le tocó la recepción de ellos… pero les dejamos muy claramente en la mesa que la ley sobre la reforma a los organismos autónomos y a los órganos autónomos va hacia adelante.”, esas fueron las palabras con las cuales Rosa Icela Rodríguez zanjó el tema de la desaparición de siete organismos autónomos.
En otras palabras, la titular de gobernación dejó en claro que la desaparición se realizará independientemente de las recomendaciones y planteamientos que realicen los titulares de los organismos como el INAI, quienes han advertido del riesgo que representa para nuestra democracia, su desaparición.
La fórmula no es nueva, para muestra ahí están los Diálogos previos para la Reforma Judicial en donde igualmente se simuló una “apertura” que acabó en oídos sordos.
A la recurrente simulación se suman otras estrategias de la Cuarta Transformación que son falacias, por ejemplo, asegurar que la gente, los 36 millones de mexicanos que votaron por la 4T en las pasadas elecciones, lo hicieron para que se aprobara la Reforma Judicial. Se escudan en que la gente votó por ellos y los morenistas, acomodan a su beneficio la “interpretación” del votante, aunque está claro que, entre esos 36 millones de mexicanos, muchos de ellos no estarán de acuerdo ni con la mitad de decisiones que tomen las autoridades.
Otra estrategia que se están “copiando” los morenistas es el “lavado de manos”. Comenzó con la propia secretaria de Gobernación. Cuando los reporteros increparon a Rosa Icela por el asesinato del alcalde de Chilpancingo, Alejandro Arcos, ella atajó: “Ya no soy la secretaría de Seguridad”.
Después, la propia presidenta, Claudia Sheinbaum repitió la fórmula y se lavó las manos en “La Mañanera del Pueblo”, de ayer lunes, cuando se le preguntó insistentemente cuál sería la estrategia de seguridad que se aplicará en Chiapas tras el incremento de la violencia en la frontera sur del país y el asesinato del padre Marcelo Pérez.
Rapidamente aprendió el gobernador morenista de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, quien ante los medios que cuestionaron por qué su gobierno difundió un falso video donde presuntamente habrían asesinado en un asalto, en una gasolineria, al exrector Héctor Cuén, sólo atinó a decir “no me corresponde ni tengo la autoridad ni la facultad para hacerlo”, para después insistir en que será la Fiscalía quien, en su momento, se pronuncie sobre el montaje.
Así, el mal ejemplo para mentirle al pueblo y no rendir cuentas de sus errores, cunde como virus entre las autoridades emanadas de Morena.
¿Cuántas veces más se lavarán las manos y evadirán su responsabilidad?
Veremos y diremos.
Cien días… o menos
¿Cuál sería el tiempo que usted daría como tolerancia a las y los nuevos presidentes municipales de Puebla para que en su ayuntamiento comiencen a mejorar los servicios públicos y la seguridad?
Se lo pregunto porque a siete días de haber rendido protesta, muchos de quienes ya encabezan sus gobiernos comenzaron a darse cuenta que gobernar será mucho más difícil de lo que se lo imaginaron.
Independientemente de aquellos ayuntamientos en donde los anteriores alcaldes se llevaron hasta los clips, los planes y programas propuestos difícilmente darán resultados en lo que resta del año.
Sin embargo, los ciudadanos que llevan años soportando desde los caóticos baches hasta la falta de recolección de basura, comienzan a desesperarse y a preguntarse ¿Cuánto tiempo necesitan?