La fábrica de automóviles Volkswagen de Puebla, armadora de los modelos Jetta, Taos y Tiguan, produce un auto cada 2 minutos según datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática citados por Ángeles Bretón, en El Universal Puebla, el 28 de junio de 2023. Este es un gran ejemplo de trabajo en línea en el que, las autopartes son aportadas por 17 empresas proveedoras de la cadena de suministro.

Otro ejemplo para destacar, es el clúster del zapato en León, Guanajuato. Según la información a la que tuve acceso por uno de sus principales promotores, los fabricantes inicialmente salían a buscar la piel a los centros productores, la procesaban, cortaban, cosían, daban acabados y comercializaban. Después dividieron el trabajo y adoptaron tecnología, crearon centros de servicios industriales como el abasto de piel y cortado, capacitación, financiamiento y comercialización, mejorando sustantivamente su productividad y competitividad.

En 2007, un grupo de artesanos del bambú, en el que todos hacían de todo, recibieron una capacitación de trabajo en línea por parte de instructores colombianos en el centro de procesamiento ubicado entre Hueytamalco y San José Acateno, en el estado de Puebla.

Recuerdo que cada artesano definía su producto, diseñaba, cortaba, pegaba o armaba y daba los acabados correspondientes. Una de las primeras acciones aplicadas fue identificar al mejor diseñador, cortador, armador y realizador de acabados. No todos tienen la habilidad para todo y por ello el rendimiento del trabajo también es diferente.

Al diferenciar las funciones, las personas disfrutaron más su quehacer, rindieron más, ordenaron mejor su tiempo, se produjeron tres veces más piezas y con más del doble de calidad que las anteriores, lo que derivó en mayor demanda y mejores precios de venta.

En la poda de árboles frutales en la Sierra Nevada Ixta-Popo, se llegó a la conclusión de que era necesario una cuadrilla de 8 a 10 personas para las funciones de manejo de escalera, provisión de insumos, corte de tallos, ramas gruesas y ramas delgadas, acarreo del material cortado, sellado de los cortes y/o realización de injertos.

Artesanos y campesinos tienen muy arraigada la tendencia de “hacer de todo” en unidades productivas muy pequeñas en las que ha sido imposible promover la asociación y, por lo tanto, se ha dificultado el acceso a servicios técnicos, insumos, integración de volúmenes para acceder a mercados y financiamiento.

En el campo todos preparan la tierra, buscan las semillas, fertilizantes, plaguicidas, siembran, cultivan, fumigan, cosechan, y van a vender al terminar de cosechar, porque requieren del recurso y, porque no tienen donde almacenar, saturando y quebrando precios en los mercados cada temporada de cosecha.

En la cría de ganado es muy común que cada quien quiera saber cuáles son sus animales, por si alguno se muere o pierde. Por esta razón los proyectos pecuarios colectivos han tenido poco éxito. Por ello, una experiencia de producción ovina realizada en 17 comunidades de la zona de Ciudad Serdán, Puebla, funcionó porque cada quien cuidó sus animales en sus corrales, pero la adquisición de insumos, la capacitación, asesoría y la comercialización, se hicieron en forma colectiva y con un reglamento interno aprobado por todos.

El trabajo individual, el individualismo, está muy arraigado entre la población. Muchos creemos que lo único que se hace bien es lo que cada uno realizamos y no creemos que otro lo pueda hacer mejor. Según Denis Waitley, en su libro Para ser el Mejor, 9 de cada 10 personas en el mundo están compitiendo contra otros.

Y la escuela está haciendo muy poco para promover el trabajo en equipo, porque también hace muy poco en la orientación vocacional y en el conocimiento del talento y habilidades de los jóvenes para desarrollar sus fortalezas y promover su complementariedad entre sus compañeros.

Es muy común que para hacer las tareas escolares uno se junte con los que más convive. En esa complicidad es común que pocos trabajen y los demás solo se anoten. El trabajo en equipo debe ser un aprendizaje desde la escuela.

La mayor lección aplicada de trabajo en equipo, la recibí siendo autoridad de la Universidad Autónoma Chapingo. En ese tiempo íbamos a revisar el contrato colectivo del Sindicato de Trabajadores Administrativos (STUACH) y el clima laboral era tenso. Los alumnos criticaban a los maestros de no saber y no trabajar, y a los trabajadores administrativos de no trabajar.

Los trabajadores administrativos decían que los alumnos eran mantenidos y no estudiaban. A su vez, los académicos decían que los estudiantes no se esforzaban y también criticaban a los administrativos por no dar su mejor esfuerzo. Los alumnos y maestros formaban parte de la comisión negociadora del Contrato Colectivo en el Consejo Universitario.

Entonces tuvimos una capacitación previa en negociación en la que aprendimos que la unión hace la fuerza y que solo hay cuatro opciones de negociación: ganar-perder, perder-ganar, perder-perder y ganar – ganar.

Todo lo anterior no deja la lección de que trabajar en equipo y en línea, puede dar grandes resultados a la sociedad.