El excandidato al municipio de Chignahuapan apostó contra la justicia mexicana y perdió. Ayer, los ministros de la SCJN le negaron un amparo con el cual trataba de impedir su detención.
La jugarreta no le funcionó. De existir órdenes de aprehensión en su contra, como se ha informado, se podrán ejecutar.
Juan Lira impugnó ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación el artículo 453, fracciones I y II, y párrafo penúltimo del Código Penal del Estado de Puebla, por considerar que se invadieron las competencias del Congreso de la Unión para legislar sobre el sistema financiero, comercio y seguridad pública federal.
En palabras simples, se le estaba investigando como presunto responsable de realizar operaciones con recursos de procedencia ilícita, luego que se detectó que en seis años compró terrenos que puso a nombre de su esposa e hija.
Juan Lira es de esos personajes que parecen salir de alguna historieta, de algún pasaje de Juan Rulfo o peor aún, un mal imitador del famoso “Varguitas”, que piensa que puede imponer su propia ley.
A la par de asegurar que no se requiere que los gobernantes sean licenciados, Lira presumía su origen campesino, como si una cosa estuviera peleada con la otra.
Su suerte parece estar echada: después de que se le negó el amparo – y presuntamente estar sujeto a un proceso judicial-, es posible que en los días siguientes se informe de su detención.
El sueño de quien es más conocido como “El Moco” para hacerse de un municipio en la Sierra de Puebla cada vez se ve más lejano, más no imposible.
Hace algunas semanas, la propia dirigente en Puebla de Fuerza por México dejó abierta la posibilidad de que su partido lo vuelva a postular en la elección extraordinaria.
Maiella Martha Gabriela Gómez Maldonado después no quiso reafirmar ni desmentir esta versión, aplicándose el dicho: “el que calla, otorga”.
Y la pregunta es obligada. Después de todo el escándalo electoral, de la violencia el día de las elecciones, de las dos anulaciones del “triunfo”, de la retención de las instalaciones de la presidencia municipal, del daño que se le causó al Pueblo Mágico con el caso de Juan Lira, ¿por qué insiste Maiella Gómez en postular a un hombre que es requerido por la justicia y que, desde que se informó que no sería alcalde no ha hecho públicas sus apariciones?, ¿Qué se le debe?, ¿Qué sabe?, ¿No hay otra persona en todo Chignahuapan que quiera gobernar el municipio?
Son preguntas que requieren una respuesta.