Nacho Mier no respaldará las aspiraciones del exfiscal Gilberto Higuera, quien busca ser magistrado de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Frente a reporteros, el hoy diputado morenista no quiso revelar sus “razones personales” para negarle el voto a Higuera Bernal aunque soslayó que el trabajo del exfiscal no es una buena carta de presentación.
Sin embargo, esta declaración no inquieta ni siquiera despeina al hombre que renunció a la Fiscalía General del Estado para buscar un espacio en el máximo tribunal del país. Será la sociedad quien decida si le da el voto o no, reconoció Mier.
En pocas palabras, esta vez su voto, no será decisivo para seleccionar o vetar a Gilberto Higuera.
Y mientras tanto, el morenista podrá pasar el trago amargo con el bono que decidió autorizarse cuando era coordinador de los senadores de Morena, en la Cámara Alta.
Recientemente -y gracias a la transparencia se pudo corroborar que el representante del pueblo, que llegó a su escaño por la vía plurinominal, se autoasignó un pequeño bono de despedida por 12 millones 157 mil 258 pesos.
De manera oficial, en junio pasado, el Comité de Administración de la pasada legislatura le autorizó a los líderes de las bancadas asignarse 32 millones de pesos para “gastos extraordinarios” e “imprevistos”; de esos, casi una tercera parte acabó en la cuenta del poblano.
¿Cuántos de los ciudadanos o personas del pueblo pueden contar con una “liquidación” después de seis años por 12 millones de pesos?
Además de seguir la línea que le ordenó Andrés Manuel López Obrador y votar sus iniciativas sin chistar, ¿cuál fue el logro o beneficio que obtuvimos los poblanos con sus servicios, como para ser premiado y recibir un bono millonario por su “buen trabajo” en la Cámara de Senadores?
En esta “nueva política” de la 4T, ¿es correcto que un legislador decida sangrar el erario con 12 millones de pesos para recompensar su trabajo como senador?, ¿Dónde quedó la austeridad republicana?
Confiesa travesura
De las últimas declaraciones de Nacho Mier se desprende que el hoy diputado federal decidió utilizar sus atribuciones y reasignar 150 millones de pesos del presupuesto federal. Mier decidió que en lugar de mandar ese dinero a la Cámara Alta como se proponía originalmente, se podría utilizar en obras en San Lázaro.
La reasignación de estos 150 millones de pesos, una inocente travesura, terminó por convertirse en la chispa que faltaba para detonar el pleito entre Adán Augusto y Ricardo Monreal.
¡Vaya lío que armó Nacho Mier al interior de Morena por andarle jugando al Robin Hood!