¡Qué tranza, mis valedores! Hoy toca hablar del Partido del Trabajo (PT) en Puebla, ese que siempre se dice más obradorista que el propio Morena, pero que ahora anda tirándole la contra a la mismísima presidenta Sheinbaum.
Y es que la Liz Sánchez García, senadora y dirigente estatal del PT, ya dejó clarito que ellos sí van a jugar la carta de la reelección en 2027, aunque Sheinbaum diga lo contrario.
Ora, mi manada, ¿qué está pasando aquí? Mientras en Palacio Nacional ya pusieron sobre la mesa que la reelección se acaba pa’l 2027, el PT local salió a decir: “Pues nosotros no, nosotros seguimos con la reelección hasta el 2030”.
¿No que la 4T es unidad? ¿No que todo es transformación y nuevas reglas? Parece que aquí la transformación tiene dos ritmos, y el PT está tocando su propio son.
Porque una cosa es tener autonomía como partido y otra muy distinta es decidir, descaradamente, hacer lo contrario a lo que marca la línea federal. La propia Liz lo dijo: “En cada familia hay reglas diferentes”. O sea, ¿el PT es familia de la 4T, pero solo cuando les conviene? Porque cuando se trata de la reelección, ahí sí no aplican las reglas del movimiento que dicen respaldar.
Ahora la gran pregunta es: ¿le hará gracia a la presidenta que su partido aliado en Puebla le esté jugando la contra de manera tan abierta? Porque esto no es un tema menor. La presidenta está apostando por la eliminación de la reelección como parte de su discurso de cambio, y que su propio bloque en Puebla le dé la espalda manda un mensaje bastante fuerte. ¿Será que Sánchez ya anda pensando más en su conveniencia personal que en la lealtad?
Porque no nos hagamos. En el PT les gusta repartirse candidaturas entre los mismos de siempre, y si eliminan la reelección, a más de uno se le acaba el hueso. Por eso no sorprende que quieran estirar el plazo hasta 2030, porque a nadie le gusta perder el pase directo a otro periodo más.
Y ojo, que la Liz no solo está defendiendo la reelección de alcaldes y diputados para 2027, sino que en las elecciones extraordinarias en Xiutetelco ya ratificaron a Narciso Baltazar, quien ya había sido edil.
O sea, el PT ya dejó claro que aquí sí hay segundas y hasta terceras vueltas.
El PT de Puebla le anda apostando a un juego arriesgado. Quieren seguir dentro del barco de la 4T, pero al mismo tiempo se dan el lujo de desafiar una de las principales propuestas de Sheinbaum.
¿Los van a dejar seguir en el club o les van a leer la cartilla desde Palacio Nacional?
Porque si algo hemos visto en la política, es que la lealtad tiene un precio. Y si el PT empieza a demostrar que solo son aliados cuando les conviene, tarde o temprano vendrá el jalón de orejas desde arriba.
O, peor aún, les pueden empezar a cerrar las puertas en las negociaciones importantes.
Así que ahí lo tienen, mis valedores. El PT de Liz Sánchez se siente muy aliado de la 4T, pero en Puebla ya anda caminando por la libre.
Ahora queda ver si esta jugada les sale bien o si terminan viendo la lona.
Porque en la polaca, el que se adelanta de más, casi siempre termina fuera del ring.