El 27 de julio de 2023, la pasada administración del ayuntamiento de San Miguel Xoxtla, encabezada por Guadalupe Siyancan Peregrina Díaz, hizo un acuerdo en lo oscuro con Agua de Puebla para Todos y SOAPAP.

El acuerdo detalla que el pozo 4 de Xoxtla, vital para el municipio, será explotado para que la otra mitad de su agua se destine a la zona metropolitana de Puebla, dejando solo una mitad para los habitantes locales.

Peor aún, la operación y los costos de energía recaen en el municipio, mientras Agua de Puebla se lleva la mejor parte: los cobros.

¿A cambio de qué?
Deja muchas dudas.

La imposición que refleja el abuso de poder de la concesionaria, que opera bajo la complacencia del SOAPAP.

El documento menciona al director del organismo Gustavo Gaytán Alcaraz, quien debería vigilar cómo opera la concesionaria Agua de Puebla y no ser su aval.

Recordemos que el año pasado ahí mismo en Xoxtla, Agua de Puebla, usando maquinaria del SOAPAP, perforaba pozos sin previo aviso a los habitantes de que se llevaban su agua mientras priorizaban sus intereses comerciales.

Los pobladores de Xoxtla gritaron, protestaron.

Algunos vecinos lo descubrieron y clausuraron simbólicamente, junto a Ternium

Otro junto a la autopista.

Y un tercero sí fue clausurado por Conagua ya en la localidad

Pero ¿quién pagó las consecuencias? Nadie.

Gaytán y los directivos de Agua de Puebla siguen intocables, tejiendo sus redes de acuerdos opacos que asfixian a los municipios más humildes.

Este patrón de opacidad no puede ser casualidad.

El acuerdo con Xoxtla no exime de responsabilidad a los directivos de Agua de Puebla ni a Gaytán, quienes parecen tener un historial de decisiones que benefician a la capital a costa de los municipios más vulnerables.

Hoy, en mayo de 2025, la actual administración de Xoxtla y su población siguen lidiando con las consecuencias de este acuerdo.
La escasez de agua no se resuelve con promesas de tanques de almacenamiento, como solicitó la entonces presidenta municipal al gobernador, si el recurso ya está comprometido para otros.

¿Quiénes avalaron estos tratos?

¿Qué intereses económicos o políticos los respaldan?

¿Dónde está la justicia?

Parece un atraco a plena luz del día, orquestado por una concesionaria que actúa como si el agua de los pueblos fuera su herencia personal, con el SOAPAP como cómplice silente.

La falta de transparencia en la gestión del agua sigue siendo un lastre para Puebla, y mientras no haya rendición de cuentas, municipios como Xoxtla seguirán pagando el precio.

El agua no puede seguir siendo un botín para los poderosos, en este caso, Agua de Puebla para Todos.

Es imperativo que se investigue a fondo a los directivos de Agua de Puebla y a Gustavo Gaytán.

Tiempo al tiempo.