Sin importar la contracción económica que está viviendo nuestor país o que los fines de semana son los días que empresarios y restauranteros logran conseguir mejores números, el gobierno determinó la imposición de la Ley Seca el próximo 1 de junio, por las elecciones del Poder Judicial.

Al margen de que hemos comentado que los comicios del próximo fin de semana son una farsa, el tema de la llamada Ley Seca regresa a la escena, no importando que las estimaciones más optimistas señalan que sólo 1 de cada 10 mexicanos acudirá a las urnas.

En el colmo, en un país donde se observa una inminente recesión, nos vamos a dar el lujo de matar un fin de semana que económicamente representa oxíeno para para miles de establecimientos. Hoteles, restaurantes, bares, casinos, centros nocturnos y hasta tiendas de conveniencia y supermercados verán un socavon en sus ingresos mensuales.

Se ha demostrado que impedir la venta de bebidas embriagantes el día de la jornada electoral no abona a una mayor participación ciudadana. Pemitir la venta tampoco pondría en riesgo la elección.

La anacronica medida no sólo atenta contra los empresarios, las fuentes de empleo que se derivan de estos negocios son millones y ellos, los meseros, lavalozas, hostess, repartidores, barman, cocineros, son quienes también terminan pagando los platos rotos.

Si todos sabemos que esta elección será de acarreo, de movilizar a sus bases, de acordeones y con un abstencionismo que superará el 80%, no se explica una ley tan absurda.

Derivado de que los votantes serán principalmente personas afines a la 4T, resulta dificil imaginar que en alguna parte del país se calienten los ánimos y existan riesgos de confrontaciones.

¿Si el preoximo domingo van a votar por ilustres desconocidos, para qué establecen una ley criminal para los negocios?

Buscando los cadáveres

Rosendo Gómez Piedra, el fiscal designado para el caso Ayotzinapa soltó una frase demoledora. Una que dejó sin aliento a los padres y activistas que siguen el caso desde hace más de 10 años.

En un listado de acciones que buscaba presumir, como el número de personas detenidas por el caso, las Carpetas de Investigación iniciadas y hasta la cantidad de sitios visitados, apostilló que “buscan los cadáveres”.

Así, sin miramientos, con la indolencia por delante, los padres de los 43 normalistas escucharon en una entrevista chacalera que sus hijos dejaban de ser ‘desaparecidos’ y entraban en una nueva categoría.

Morena y AMLO se han servido del dolor de los familiares de los jóvenes de Ayotzinapa. Han lucrado políticamente con la tragedia. 

La solicitud de los padres de Ayotzinapa, a la presidenta Claudia Sheinbaum, para que el fiscal Rosendo Gómez sea removido, está más que justificada.

Con fiscales así, la justicia, si es que después de una década puede llamarse así, se ve aún más lejana.  

Es el sello de la 4T.