Entre el 10 y 21 de noviembre de 2025, se realizará en Belém, Brasil, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático COP30, con el tema “La acción climática urgente y la necesidad de acelerar la implementación del Acuerdo de París”, para fortalecer el multilateralismo y alinear la Agenda del Clima con la vida de las personas, las crisis globales y la pérdida de biodiversidad.

México ha decidido reafirmar en COP30 su compromiso de acción climática, con un sello humanista y una ambición impostergable, delineada por la presidenta Claudia Sheinbaum, de acuerdo con lo publicado por Alicia Bárcena Ibarra, Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT).

Esta semana que termina, 18 dependencias del Gobierno de México realizaron la Primera Reunión de la Comisión Intersecretarial de Cambio Climático (CICC), en la que se presentó la actualización de la Estrategia Nacional de Cambio Climático (ENC), un instrumento clave que guía la visión climática del estado mexicano para los próximos 40 años.

En esta reunión se aprobó el proceso para actualizar la Contribución Determinada a Nivel Nacional, definiendo las metas que permitan cumplir el Acuerdo de París. El diseño participativo que se presentará en la COP30 es una oportunidad para impulsar la transición hacia la sostenibilidad en sus tres dimensiones: social, ambiental y económica.

La transición hacia la sostenibilidad en nuestro país, se ha enfrentado desde hace décadas con la pobreza en la que viven millones de mexicanos, que para resolver sus necesidades básicas han ejercido una fuerte presión de aprovechamiento, altamente extractiva, de los recursos naturales, derivando en la pérdida excesiva de vegetación, fauna, suelo, agua, pesca y afectando la calidad del aire.

Esta transición se ha tardado también, por la falta de políticas educativas; capacitación a los sectores productivos y reducido apoyo a la adopción tecnológica necesaria para detener el deterioro ambiental; y recuperar los recursos naturales, a fin de mitigar, detener y revertir el cambio climático.

A pesar de que el salario mínimo se ha triplicado desde 2018 a la fecha, 83,9 millones de mexicanos (64.3% de la población nacional) carecen de ingresos suficientes para cubrir sus necesidades básicas alimentarias, vivienda, educación y transporte, según el Grupo de Investigación ¿México Cómo Vamos?, con datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) y el Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI) (Rubén Migueles, en El Universal, 31 de mayo de 2025).

De acuerdo con el Monitor de Sequía de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) al 15 de marzo de 2025, se reporta que 600 municipios de México, en 13 estados, tienen algún grado de falta de agua, principalmente en el noroeste, norte y centro del país (Mario Alberto Ostos Chávez, Uno TV, 22 de marzo de 2025)

Lo anterior describe un panorama ambiental y social preocupante y creciente, derivado del cambio climático que se combina con prácticas inadecuadas en  el manejo y aprovechamiento del agua, por la falta de una cultura de manejo racional, prácticas productivas extractivas y a la ausencia crónica de políticas públicas para el sector hídrico.

La deforestación; la erosión del suelo por prácticas agrícolas inadecuadas; la sobreexplotación de las áreas naturales de pastoreo; la quema de cañaverales para su cosecha; el agotamiento de pozos y manantiales; la baja captación de las presas; las dificultades para atender a la población, a las escuelas y abasto a sectores productivos; sequías recurrentes; desastres naturales ligados al agua; reducido tratamiento de aguas residuales, contaminación de ríos con aguas negras y residuos sólidos; la reducción de la pesca ribereña junto a la ausencia de una cultura de manejo y aprovechamiento racional del agua, son parte importante de una problemática ambiental añeja, poco atendida por los gobiernos y la sociedad.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU), afirma que estamos muy lejos de lograr el sexto objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS6): agua limpia y saneamiento para todos en 2030; porque sólo podría alcanzarse si los gobiernos trabajaran 4 veces más de lo que lo han venido haciendo.

La Contribución Determinada a Nivel Nacional que México presentará a la COP30 a través de SEMARNAT, refuerza las medidas sectoriales para cumplir con la meta de reducir 35% las emisiones de gases efecto invernadero (GEI) al 2030, equivalentes a 140 millones de toneladas de dióxido de carbono, se establece una nueva meta para 2035 a fin de llegar a cero emisiones en el 2050.

Para lograrlo, seguramente veremos el fortalecimiento de políticas educativas sobre adopción de energías limpias, desarrollo tecnológico ambiental, servicios técnicos y apoyos económicos a los sectores productivos, impulso a la economía circular, fortalecimiento de la reforestación, la rehabilitación de pastizales, un gran impulso a la agricultura de conservación y ganadería regenerativa, eliminación de quema en cañaverales para su cosecha mecanizada, así como  la restauración y  ordenamiento de las cuencas.