La simulación que se vivió ayer en México resultó un ejercicio propagandístico en donde se intenta imponer una ilusión, a través de una mentira contada mil veces.
Las y los mexicanos NO elegimos a nuestros próximos jueces, ministros y magistrados. No pudimos. Había trampas al por mayor en todo el proceso electoral que nació viciado, por el odio y la venganza de Andrés Manuel.
En gran parte del país fue común encontrar boletas donde, pese a la enorme lista de candidatos, sólo una persona podía ser elegida para algún puesto, como el caso de Jorge Hernández Orozco, quien será electo como Juez de Distrito en Materia Laboral, con el 100% de los votos válidos, porque no tuvo contrincantes.
Casos como ese se replicaron en todo el país, lo que demuestra que no se ‘eligió’, simplemente porque no había ni siquiera dos aspirantes para ‘elegir’.
El abstencionismo, que supera el 87%, de acuerdo con lo dicho por el INE, mostró el enojo, el desacuerdo y la negativa a validar una farsa. También la apatía y la complicación de una elección en donde todo fue un caos.
De entrada, conocer a todos los candidatos, ya no digamos del país, a los que correspondían exclusivamente a su sección, era prácticamente imposible. Después de esos 200 candidatos (en promedio) elegir a 40 (también en promedio), resultaba inviable.
Y justamente ese problema, el tener que seleccionar tantos números, colores y aspirantes, fue lo que obligó a las estructuras a tener que inventar y difundir los famosos acordeones.
Esos apuntes, copiados y difundidos sin mayor seriedad que la recomendación ‘del primo de un amigo’ fueron de lo más socorrido al momento de escribir, con tinta azul, en los pequeños recuadros de las seis boletas.
Aunque hubo acordeones ‘humanos’ o comestibles, como las obleas, la gran mayoría fueron papeles con los colores y números que se debían apuntar para permitir que los poquísimos votos que se registraran, fueran a favor de los candidatos de la 4T.
La otra opción, para quienes se negaran a hacer uso del acordeón, era entregarle el voto al azar o con la clásica frase: De Tin Marín de Do Pingüe.
Contados, fueron aquellos quienes, como el expresidente del IFE, Luis Carlos Ugalde, realizaron una revisión exhaustiva previa y conocían, al menos por CV, a las personas juzgadoras que eligieron.
Boletas, reflejo de protestas
En todos los procesos electorales, las boletas han servido para que la gente exprese su opinión, sin embargo, las de ayer fueron de lo más creativas.
Los bolígrafos azules sirvieron para escribir: Farsa, Voto Nulo, Fraude o Simulación. También para anotar frases como: ‘No supe ni elegir novio y quieres que elija a magistrados’, ‘Viva la división de Poderes’, ‘Así no era la reforma’ o ‘La justicia no debe ser política’.
Las palabras altisonantes, por supuesto, no faltaron en el folklore.
Durango y Veracruz
Al cierre de esta columna, el INE estimó entre 12 y 13 el porcentaje de votación, sin embargo, será interesante, que al concluir los conteos se puedan conocer dos datos más: cuántas fueron las boletas anuladas y cuánto aumentaría el abstencionismo, si restamos las dos elecciones locales, que por su naturaleza siempre atraen a más electores.