Sea por una operación electoral, por un voto de castigo o por una elección democrática, lo cierto es que Lenia Batres, Yasmín Esquivel y Loretta Ortiz, no contaron con el respaldo ciudadano suficiente para hacerse de la presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
Las tres mujeres, plenamente identificadas con la 4T, obtuvieron menos votos que Hugo Aguilar Ortiz, quien hasta el corte de esta noche mantenía el mayor número, en el sistema de conteo.
Aguilar Ortiz quien también aparece en fotografías al lado de Andrés Manuel y se dice identificado con los principios de Morena, fue uno de los ocho nombres que se repetían en los acordeones que circularon y que ‘coincidentemente’ son los mismos de las personas, que aventajan en los conteos del INE.
Las ministras en funciones, que repetirán en su cargo, gozaron de una exposición mediática importante, además y pese a los muchos casos que están pendientes en la SCJN, se dieron el tiempo de hacer campaña, lo mismo en medios, en reuniones e incluso, grabando videos para transmitir en sus redes sociales.
Toda esa exposición no logró que sus nombres fueran identificados por quienes acudieron a las urnas, permitiendo que otra persona juzgadora cuente con más sufragios.
Eso o desde el inicio, la 4T apostó por colocar a Hugo Aguilar al frente del máximo tribunal del país para poder presumir que un defensor de derechos indígenas, proveniente de uno de los estados con mayor marginación, como lo es Oaxaca, logró, con ‘el voto popular’ alcanzar la presidencia de la Corte.
¿Usted qué opina?
Amparo, el gran perdedor
Con el proceso electoral de ayer, los mexicanos perdimos, entre otras cosas, el derecho al amparo.
En los hechos, el amparo permitía frenar los excesos de una autoridad ante los ciudadanos.
Ahora que jueces, magistrados y ministros se encuentran supeditados al Poder Ejecutivo, difícilmente apostarán por conceder amparos que puedan incomodar o molestar a las autoridades o legisladores, porque saben que son ellas quienes tienen la posibilidad de impedirles su permanencia o complicarles su participación en futuras campañas electorales.
Así los jueces, antes de conceder el amparo a los ciudadanos comunes, deberán evaluar si su futuro ‘político’ está o no en riesgo.
La ceguera de Norma Layón
Para la directora de Carreteras de Cuota Puebla, Norma Layón, los carteristas no operan en las unidades de RUTA. En la mañanera de ayer incluso aseguró que no tienen reportes de robo en los primeros cinco meses de este 2025.
Si bien las unidades troncales y alimentadoras tienen menores incidencias de robo que el resto del transporte público, su declaración demuestra que vive en un mundo de fantasía.
Ojalá que su promesa de reforzar los rondines de seguridad en la Red Urbana de Transporte Articulado, junto con las investigaciones por una posible colusión entre los trabajadores de seguridad privada y los chóferes sean acciones concretas, que permitan mantener a la RUTA como un transporte seguro.
Ya sería el colmo que además de esperarlo por 20 minutos, ‘que no es tanto’, también se convierta en un espacio inseguro.
Ni más ni menos.