El periodo electoral intermedio en México se ha visto trastocado por la pandemia de la Covid-19. El primer ejercicio del sufragio ocurrió el pasado 18 de octubre. Como indicó el propio Lorenzo Córdova, consejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), la jornada celebrada en Hidalgo y Coahuila representó un primer esbozo de lo que será el 2021, tanto en lo sanitario como en lo político.
Durante un conversatorio organizado por el Consejo Estudiantil de Representantes de Licenciatura (CER’s) de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Ibero Puebla, y la Asociación de Alumnos de Ibero Ciudad de México-Tijuana, académicos exploraron el valor de las elecciones intermedias, mismas que representan la capacidad del gobierno federal en turno de afianzar la continuidad durante la siguiente elección presidencial.
A nivel estatal, está en juego la posibilidad de mantener ayuntamientos importantes por parte del partido en el poder: Morena. Como expuso el Dr. René Valdiviezo Sandoval, académico de la Ibero Puebla, en 2018 hubo 32 elecciones para un sólo cargo; es decir, múltiples formas de comprender un mismo proceso político-electoral.
Desde aquel año, Morena ha perdido en 14 de los municipios-capital, cuando en la elección presidencial se ganó en 31 estados del país. Esto se explica considerando que: “Las dinámicas políticas de los estados inciden en los resultados de las elecciones federales”.

Estructuras locales

La estructura local de los partidos tiene mucho más poder operativo que las figuras federales. En las elecciones del próximo año, indicó Valdiviezo Sandoval, habrá una reconfiguración de los poderes locales, la cual tiene que ver con las relaciones con el poder nacional y el crecimiento o decrecimiento de los actores políticos locales.
Los partidos políticos viven una crisis organizativa y política, tanto en la estructura territorial como en la elección de sus dirigentes. “Se habla de una gran alianza electoral en contra de Morena, pero esto puede representar descrédito para algunos partidos”. El catedrático citó el caso del movimiento FRENA, cuya organización social carece de propuestas estructuradas.
En términos generales, las organizaciones de oposición antiguas y nuevas constituyen un conjunto de actores con una presencia muy debilitada y que ofrecen proyectos de país limitados frente a la coyuntura nacional. “No veo una oposición lo suficientemente fuerte como para enfrentar exitosamente las elecciones del 2021”, indicó el Dr. René Torres-Ruiz, académico de la Ibero Ciudad de México-Tijuana.