El neurocirujano Leopoldo Luque negó haber abandonado al ex astro argentino del futbol Diego Maradona, quien murió 22 días después de que el médico lo operara la cabeza.

En un escrito presentado por sus abogados ante la justicia de San Isidro, que investiga el fallecimiento del ex futbolista, Luque advirtió las complicaciones que tenía para tratar al paciente.

"Diego Maradona decidía por sí solo y rompía constantemente los contratos tácitos con sus profesionales", manifestó.

El neurocirujano realizó la intervención quirúrgica al Diez por una hemorragia en la superficie cerebral el 3 de noviembre en la Clínica Olivos, de Vicente López, en las afueras de Buenos Aires.

Ocho días más tarde, Luque avaló, junto a la psiquiatra Agustina Cosachov y tres hijas de Maradona (Dalma, Gianinna y Jana) su traslado a una casa en el barrio privado San Andrés, en la ciudad de Tigre.

Allí murió Maradona de un infarto provocado por un edema pulmonar, poco antes del mediodía del 25 de noviembre, a los 60 años.

Según su familia, no contaba con un médico cardiólogo las 24 horas ni con una ambulancia con desfibrilador afuera de la propiedad, a pesar de sus problemas cardíacos, ya que tenía una miocardiopatía dilatada.

Luque, de 39 años, fue señalado por las hijas de Maradona como el médico que se hacía cargo de su salud, algo que él niega.

Tanto Luque como Cosachov podrían ser imputados por "homicidio culposo" o "abandono de persona seguida de muerte" en la investigación a cargo de un equipo de fiscales.

"Nuestro asistido nunca puso en peligro la vida o la salud de su amigo y paciente, fue él quien lo llevó a la clínica a hacerse un chequeo completo", expresó el escrito firmado por el abogado Julio Rivas.

Según indicó, Luque "concurrió en tres oportunidades a su domicilio para realizarle los controles posquirúrgicos, y en una de esas oportunidades procedió a retirarle los puntos" de la intervención.

Con información de Xinhua