Ante el aumento de delincuencia en Tlaxcala, el crecimiento de homicidios sin esclarecer, y los casos de suicidios como de feminicidios, la dirigencia estatal del PRD exige a la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros, defina una estrategia clara para frenar la incidencia.
Tras los hechos ocurridos en Guerrero, atentado que dejó como saldo 17 personas muertas, entre ellos el alcalde de extracción perredista, el dirigente tlaxcalteca Julio César Pérez González, urge a que las autoridades estatales eviten que la entidad se convierta en una zona roja delincuencial.
Señala que a un año de los 6 de gobierno por el que fue electa la gobernadora, Tlaxcala presenta serias situaciones de delincuencia que deben ser atendidas ya que se han desatado los delitos de alto impacto.
Incluso, tras los recientes hechos del fin de semana pasado donde se hallaron 3 personas muertas con signos de violencia, en Ixtacuixtla, Texoloc, Tlaxco, y un atentado con arma de fuego a las afueras de un centro nocturno en Chiautempan, deben prender los focos rojos para frenar los hechos de delincuencia.
Ante la situación de la escalada de agresiones con armas de fuego, y se suma la ingobernabilidad en municipios como Xicohtzinco y Mazatecochco, tiene paralizado al estado y ello es sinónimo de anarquía.
Más allá de un tema de política, el PRD deja en claro que está abierto a la suma de la coordinación para un trabajo conjunto a favor de la paz social, la gobernabilidad y la recuperación de la confianza de las instituciones de seguridad y justicia.
Pero también se señala que para ello, debe haber un ajuste en el gabinete estatal que modifique las estrategias de combate, sin una procuradora tibia y parcial, un secretario de Gobierno opaco y rústico, así como un secretario de Seguridad Ciudadana que no sirve para fines de seguridad de civiles y su necedad.
Por ello, el PRD fija su posicionamiento en el que alerta de un Estado fallido por el gobierno de Morena que cierra ojos y oídos a los actores sociales y, privilegia la opacidad, mentira y la simulación, que esconde la realidad que vive Tlaxcala.