“Vine de Veracruz a estudiar, llevo un mes soportando; nos sacan a botear y nos piden cuota de 300 pesos y me da miedo […] no sé si quiero regresar”, señaló una estudiante de primer año de la Normal Rural Benito Juárez de Panotla, quien llegó a Tlaxcala en busca de superación y educación para lograr regresar a su tierra natal como una orgullosa maestra con vocación.
Sin embargo, desde su primer día en la Normal se encontró con varias injusticias y corrupción, pero no por parte de las autoridades, sino por sus propias compañeras de segundo y tercer grado.
Mediante una entrevista hermética donde alumnas de esta Normal pidieron anonimato absoluto por temor a represalias, denunciaron y evidenciaron violencia física, verbal y psicológica por parte de sus compañeras de años superiores.
Desde arrojarles agua con sustancias desconocidas que hacen que les arda el rostro, como represalia por no aprenderse su Himno, evitar que duerman, que tomen agua, que se alimenten, explotarlas laboralmente hasta pedirles que junten cierta cantidad económica por medio de boteo y volanteo para su Institución.
Hasta darles de tomar alcohol sin su consentimiento para evitar que se duerman; las normalistas de primer año decidieron dejar de callar y exponer estos abusos, buscando justicia y sobre todo continuar en paz con su educación.
“Si no lo hacemos nos quitan la comida y nos piden dinero, nos ponen multas y es algo que tenemos que pagar o nos quitan nuestras becas y no dejan que marquemos o llamemos a nuestros padres”.
“La Cúpula”
Dejaron en claro que quienes estar al frente de todas estas acciones es un grupo de 5 normalistas a quienes llaman “La Cúpula”, que generan reuniones con autoridades, pero no salen a las marchas, luego se componen 18 carteras, cada una integrado por 9 estudiantes dedicados a los alimentos, higiene, deporte, raciones, conflictos, finanzas, entre otros y quiénes incluso manejan a la directiva y profesores, además de ser las responsables de convocar a todas las estudiantes de segundo y tercer año de buscar la destitución de su directiva, “sin embargo esto solo es para verse beneficiadas y obtener el control general de la institución”.
Reconocieron que la actual directiva siempre buscó el trabajo equitativo y justo, sin embargo, las representantes del comité siempre se mostraron en su contra sólo buscar el beneficio propio.
Desconocieron el destino del dinero que les exigen por boteo y multas dentro de la institución pues parte de la comida que es proporcionada por las autoridades para alimentar a las mismas alumnas, es enviado a normalistas de estados vecinos como la Normal de Teteles “Carmen Serdán” en el estado de Puebla, como consecuencia a ellas solo les racionan una parte. Referente a gastos como insumos de higiene, aseo y papelería también es proporcionado por el estado, por lo que no negaron que la institución tenga carencias, pero no al grado de tener que explotarse entre ellas mismas.
“Se supone que es una escuela creada para hijos de campesinos y muchas de nosotras no podemos estar costeando esto, nos estamos quedando sin economía ni energía”. Tan solo en su lista de útiles escolares que sobrepasa los dos mil pesos, se les pide entre otros thinner, gasolina y bolsas de estopa, por lo que no dudaron que busquen prepararlas para una revolución y no para ser maestras.
Desde hace casi quince días la institución entró en paro sobre todo por la exigencia del cambio de directivos, aún así las normalistas buscan continuar sus estudios pues ahora también temen perder el ciclo escolar pues aseguraron que el comité ya les advirtió que perderán el semestre y el paro no se levantará hasta el mes de diciembre.
Otra exigencia del comité estudiantil es el aumento de matrícula, sin embargo, no dudaron que varias de las estudiantes de los semestres superiores busquen ingresar a más familiares, por lo que continúan desalojando a alumnas con estas acciones con la finalidad de ingresar a sus familiares y sean cumplidos estos caprichos.
“Hay niñas que no están inscritas y están en la normal haciendo lo que ellas quieren […] Sabíamos que teníamos que trabajar duro, pero no de esta manera”.
Al momento son alrededor de 50 alumnas de primer semestre que aún se encuentran bajo la vigilancia y tratos de sus compañeras al no poder salir del internado por provenir de otros estados, así de más de 200 alumnas que ingresaron ya abandonaron la institución cerca de 20 en dos semanas.
La Secretaría de Educación Pública del Estado (SEPE) se ha mostrado a favor de que las normalistas continúen sus estudios, el titular Homero Meneses Hernández ha señalado que estará buscando el diálogo con la finalidad de intervenir y que los derechos de ninguna normalista se vean afectados. Mientras que la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) ha buscado acercamiento sin embargo, las estudiantes no denuncian por temor a represalias del comité estudiantil.
Hasta el pasado fin de semana las estudiantes internas de primer año, llevaban más de 4 días sin dormir, por lo que las alumnas que han denunciado estos hechos responsabilizaron a las estudiantes de segundo y tercer año de lo que les pueda pasar a ellas y a sus compañeras.
Pliego petitorio de estudiantes
Es de destacar que Intolerancia Tlaxcala tuvo acceso al pliego petitorio original que el comité estudiantil presentó a la SEPE con las exigencias de las normalistas que incluyen el otorgamiento de laptops faltantes a alumnas y al mismo tiempo que el centro de cómputo sea remodelado y esté abierto las 24 horas, el otorgamiento de todos los materiales sobrantes, personalizar cada uno de los uniformes con el nombre de la institución y de la alumna, que se les Incluya en el festejo del día del maestro, marcas específicas en la dotación de insumos de higiene y dos copas menstruales anualmente cuando éstas tienen un período de vida de hasta 5 años.
En caso de que la calidad y cantidad de sus suministros no sean respetados se exigirá a las autoridades el cambio del proveedor de forma inmediata, además exigen la adquisición de productos del comedor de forma libre y sin limitaciones, viajes de estudios bajo los proyectos de las mismas alumnas; que sus jornadas de observación y prácticas se tomen en cuenta desde el primer semestre hasta el último como servicio social y experiencia laboral, además de que las representantes del Comité Estudiantil “Ernesto Che Guevara” estén presentes en todas las transacciones de productos, servicios y finanzas.