El suicidio consiste en provocarse la muerte deliberadamente de manera voluntaria, al tener la sensación de no poder identificar otras alternativas o soluciones para salir de un problema o crisis que genera un gran sufrimiento, explicó el doctor Arquímedes Díaz Parra, coordinador de Salud Pública del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Tlaxcala.
Hay condiciones específicas asociadas a esta acción como lo son los sentimientos de ansiedad o tristeza, depresión, padecer trastornos psicóticos que predisponen a alucinaciones o ideas delirantes, como puede ser la esquizofrenia; trastornos de personalidad que causen inestabilidad emocional; e incluso la anorexia por la sensación de fracaso para alcanzar la perfección física, al deteriorar la propia salud en esta búsqueda.
“Hay otros factores que pueden detonar ideas suicidas en una persona con algún tipo de trastorno mental como son: el consumo excesivo de alcohol, dependencia a las drogas, juego patológico (ludopatía) y situaciones inaceptables como: la pérdida de un familiar o del trabajo, la expulsión de la escuela o situaciones que no permiten ver una posible solución”, detalló el coordinador.
Señaló que, el suicidio es la novena causa de muerte a nivel mundial, pero en los últimos años se ha elevado en la segunda causa entre jóvenes de 10 a 29 años, y es más común que se presente en hombres que en mujeres. Para poder detectar señales de alarma, es necesario eliminar mitos y prejuicios, es importante tomar en cuenta que una persona que habla de suicidio no lo hace solo para llamar la atención, esta idea debe tomarse muy en serio y buscar ayuda especializada inmediatamente.
“Por ejemplo, una persona con ideas suicidas no es necesariamente alguien con desequilibrio mental, tal vez se trata de alguien que no tiene la capacidad de canalizar sus emociones, por lo que, pensar que se sobrepondrá o que en algún momento podrá seguir adelante y retomar su vida normal es un gran riesgo, se debe recordar que cuando alguien encuentra la solución a sus problemas en el suicidio, en realidad no desea morir, sino terminar con su sufrimiento” subrayó Díaz Parra.
Si se identifica o se sospecha que una persona planea atentar con su vida o lo ha manifestado directamente, es esencial hablar con ella, y hacerle sentir que no está sola, escucharla y hacerle saber que hay alternativas de ayuda, como acudir al médico o psicólogo.
“Lo primero que hay que tener en cuenta es que el suicidio es prevenible, brindar apoyo y acompañamiento a la persona con ideas suicidas puede cambiar su perspectiva, por lo que, hay que poner mayor atención a individuos con intentos previos por quitarse la vida, antecedente de suicidio en la familia, expresión verbal o explícita de un gran sufrimiento, y/o planificación de la muerte al cambiar el testamento, notas de despedida, regalar objetos o disculparse con personas que pudo ofender o dañar, para que el personal de salud intervenga con la mayor oportunidad posible”, enfatizó el especialista.
Las señales más frecuentes que acompañan al riesgo suicida son: cambios repentinos y drásticos en los hábitos de alimentación y del sueño; pérdida de interés en las actividades habituales; aislamiento social; uso de alcohol y drogas; descuido significativo del aspecto e higiene personal; exposición a situaciones de riesgo de manera innecesaria; preocupación o interés acerca de temas para hacerse daño o lastimarse, y hablar de la muerte constantemente, principalmente.
Si se identifican cambios abruptos en un familiar, amiga o amigo sobre la manera de conducirse, vestirse, comportarse, relacionarse y opta por aislarse o se observan signos de irritabilidad, explosividad, melancolía, o ha vivido la pérdida de un ser querido, un trabajo o problemas de pareja, es necesario acercarse a ellos y preguntar sobre una posible ideación suicida.
“Hay que recordar que no todos los pacientes con intentos suicidas tienen el conjunto de datos de un trastorno mental y del comportamiento de la misma manera, por lo cual, se debe considerar que un intento suicida puede presentarse en personas con o sin antecedentes de patología mental previa”, señaló el coordinador de Salud Pública.
Para finalizar, invitó a las personas a pedir ayuda si en algún momento sienten que las circunstancias las superan y llegan a considerar que poner fin a su existencia es una solución.
El IMSS cuenta con la Orientación Médica Telefónica en Salud Mental, a través del número 800 2222 668, opción 4, de lunes a viernes de 08:00 a 20:00 horas, donde psicólogos y psiquiatras brindan atención y consejos para aquellas personas que sienten miedo, ansiedad, tristeza, desesperación o ganas de hacerse daño.