Tras el conflicto ocasionado en Atlangatepec, el representante de la Diócesis de Tlaxcala, Ranulfo Rojas Bretón, reconoció que faltó diálogo y cercanía entre el párroco y la población, lo que ocasionó un conflicto mayor y fricciones.
Negó que el tema al que fuera señalado el párroco tuviera que ver con una “malversación” de fondos o robo de arte sacro, por el contrario, el conflicto fue ocasionado principalmente por una falta de atención.
Resaltó que durante el diálogo con los pobladores se le pidió al párroco salir de la iglesia, sin embargo, tras la presencia de los pobladores, se prefirió mandar a otra persona por los artículos del párroco, para evitar un enfrentamiento mayor.
Añadió que desde las Diócesis se plantea a todas las comunidades un acercamiento y diálogo constante a la población, en el caso de Atlangatepec, se verá si es necesario o no cambiar al sacerdote, toda vez que actualmente se cuentan con 130 párrocos, cifra muy baja para atender todas las comunidades del estado.
Rojas Bretón aprovechó para llamar a la población a tener paciencia ante ciertos momentos que se viven en el estado.
“Es un asunto social, hoy necesitamos mayor comunicación, mayor empatía, mayor acerca y paciencia, así como mucho diálogo”.