La enfermedad renal crónica es la pérdida gradual de la función renal conocida como insuficiencia renal crónica, ya que los riñones son los encargados de filtrar los desechos y el exceso de líquidos de la sangre, que luego son excretados en la orina, explicó la doctora Verónica Ramírez Ramírez, coordinadora de Medicina Interna en el Hospital General de Zona (HGZ) No. 1 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Tlaxcala.

Detalló que, cuando la enfermedad renal crónica alcanza una etapa avanzada, pueden acumularse niveles peligrosos de líquidos, electrolitos y los desechos del cuerpo, porque no pueden ser desechados de manera normal.

Precisó que “con el paso del tiempo los signos y síntomas de la enfermedad suelen desarrollarse, aunque el daño renal suele avanzar lentamente, y puede incluir: náuseas, vómitos, pérdida de apetito, fatiga y debilidad, somnolencia o problemas de sueño, orina espumosa, cambios en la producción”.

La especialista añadió que también disminuye la agudeza mental, se presentan espasmos musculares y calambres, hinchazón de pies y tobillo, presión arterial alta y alteración en el ritmo cardiaco, los cuales también pueden ser causados por otras enfermedades.

Las personas con un bajo número de nefronas (unidad estructural y funcional básica del riñón, responsable de la purificación de la sangre) al nacer, pérdida de nefronas debido al incremento en la edad y sobre todo, daño renal agudo o crónico causado por enfermedades como obesidad, diabetes mellitus tipo 2 e hipertensión, son más susceptibles a desarrollar este padecimiento, por lo que es importante evitar estas enfermedades.

Hay algunos factores de riesgo que se pueden asociar o incrementar la posibilidad de daño renal, tener ascendencia afroamericana, edad avanzada, bajo peso al nacer, antecedentes familiares de enfermedad renal, así como hábitos de tabaquismo, la exposición a metales pesados, el consumo de alcohol en exceso, y el uso frecuente de analgésicos”, subrayó Verónica Ramírez.

Precisó que al tratarse de un mal indoloro y sin síntomas en su etapa inicial, muchas veces puede pasar desapercibida, provocando que en un tiempo corto se complique, por lo que la recomendación para la población en riesgo es acudir con el médico familiar para tener un diagnóstico y tratamiento oportuno.

Existen recomendaciones estándar para cuidar los riñones en población sana y la nefroprotección secundaria enfocada a pacientes en riesgo, basadas en acciones que promueven adoptar estilos de vida saludable, tener medidas de higiene, dietéticas y nutricionales como consumo de agua simple, reducción de alimentos ricos en sal y disminución en la ingesta de proteína de origen animal.

Aunque en general, las manifestaciones de la enfermedad renal crónica son silentes, al presentar algún síntoma de alerta o en caso de tener algún factor de riesgo se recomienda asistir a su Unidad de Medicina Familiar (UMF) para ser valorado por el médico de manera inmediata.