Después que al fin los transportistas del estado se salieran con la suya al aumentar el pasaje, se desató el caos.
Pues dependiendo del humor del chofer, un trayecto podría salir a casi el doble de lo que se acostumbraba el año pasado.
Simplemente, los operativos de la Secretaría de Movilidad son insuficientes, pues los conductores ya le tienen medida la vara y burlan a la autoridad, porque pueden.
Pero eso no es todo, el colmo del descaro es de los transportistas, quienes culpan a la ciudadanía por no denunciar su agandalle.
Y ni qué decir de la implementación de tabuladores públicos, porque sólo atajan a responder que “llevará mucho tiempo”.
De ese tamaño el chiste del aumento al pasaje en Tlaxcala.
La vergüenza indolente. (LS)
Congreso y ¿las reses del mañana?
El Congreso del Estado confirmó que sigue firme la postura de no recontratar a los 34 extrabajadores basificados en la pasada legislatura.
Esto después de que una exempleada lograra un acuerdo entre el Tribunal de Conciliación y Arbitraje, y la diputada por el Partido del Trabajo, Leticia Ramírez Cerón.
Y es que el juego de traiciones en el PT llegó a tal grado que su propia compañera de bancada, Lorena Ruiz García, fue la encargada de ventanear a la legisladora, quien recordó que estos extrabajadores fueron colocados con plazas irregulares.
Es bien sabido que estas plazas se otorgaron, en su mayoría, para pagar favores, o para beneficiar allegados de los otrora diputados.
Esperemos que al final de la legislatura no haya sorpresitas de ese calibre y “los carniceros de hoy no sean las reses del mañana”. (LS)
SEPE: botín interminable
Con la novedad que Wendolyne Amaro y sus huestes no dejan de hacer berrinches en la SEPE-USET, por las interminables “prestaciones” que han dejado de administrar a su antojo.
Ahora se trata de al menos 500 despensas por un monto aproximado a los 9 mil pesos que, acusan, dejaron de controlar a su favor.
El colmo, cuentan los que saben, es que Wendolyne Amaro insiste a quien le presta oídos en que sus derechos laborales fueron vulnerados por, justamente, cuidarle las manos.
Y es que mientras la Sección 31 del SNTE le ha dado la espalda por falta de confianza, el acomodo natural del poder está a punto de enseñarle que no bastará ni garras o uñas para sujetarse de su bastión en la SEPE-USET.
¿Al fin se le habrá terminado la suerte? (LS)