Pedro Gutiérrez Lorenzo, "El Capea", realizó un toreo de poder a los ejemplares de la ganadería Boquilla de El Carmen, para abrir la puerta grande de El Relicario al cortar una merecida oreja a Santanero, un ejemplar de 562 kilogramos. El torero hecho en Puebla, Rafael Ortega, mostró voluntad y toreo variado que lamentablemente ensombreció en la suerte suprema. Mario Aguilar no desentonó y recibió sentidas ovaciones de la conocedora afición poblana.


"El Capea", el maestro de Salamanca, reafirmó las buenas hechuras en el arte de la tauromaquia con los dos toros del hierro Manuel Secosse. A Santanero le mostró el camino del pergal y la muleta a través de un toreo de poder para meter al toro en la faena por ambos lados. Santanero terminó por entregarse al diestro español para plasmar lienzos pintureros. La suerte suprema derivó en el único trofeo de la primera corrida en 2011 en El Relicario. Y con Salterio, "El Capea" mostró ser un torero serio pero en la suerte suprema se le escaparon los premios.


Rafael Ortega, el matador, se mostró voluntarioso con Rey Mago, un ejemplar que no se dejó meter la muleta y el capote. Sin embargo, Rafael buscó bordar un buen toreo para satisfacer a sus seguidores poblanos. El diestro de Apizaco con Amoroso derrochó voluntad, para gozar una buena faena pero el ejemplar no respondió a la expectativa del matador. Los taurinos que asistieron al Relicario premiaron a Rafael con una ovación y le exigieron dar la vuelta al ruedo.


Mario Aguilar con Violín y Volcán dio buenas tandas por la derecha y al natural, para ser premiado con ovaciones.