Los diputados priistas Víctor Hugo Islas Hernández y Enrique Doger Guerrero se inconformaron porque no fueron incluidos en la Comisión Inspectora del ?ìrgano de Fiscalización Superior.

Por separado mostraron su molestia ante los representantes de los medios de comunicación.

El primero de ellos cuestionó la debilidad con la que peleó su coordinador de bancada José Luis Márquez Martínez las posiciones en las 22 comisiones y los seis comités del Congreso de Puebla; además señaló que en la postulación prevaleció la imposición del aún gobernador Mario Marín Torres y del dirigente estatal del Revolucionario Institucional Juan Carlos Lastiri Quirós.

"Yo no puedo cuestionarlo por una sencilla razón, recibe presiones de afuera, recibe presiones de adentro, recomendaciones del propio Ejecutivo. ?âl está haciendo un papel mediador, conciliador, pero debe aceptar algunas directrices de quien sigue gobernando."

Islas Hernández dijo que fue una lástima que su líder no luchó por comisiones de mayor fuerza pese a ser el segundo grupo político con mayor número de diputados.

"El PRI merecía tener otras comisiones, no merecía como la que yo voy a tener, el PRI por los 16 diputados debe tener otra representación mayor. Somos la segunda fuerza."

El legislador aprovechó el escenario para desmentir que haya traicionado a su partido político al negociar por "debajo de la mesa" con la coalición Compromiso por Puebla, ya que durante la conformación de la Gran Comisión se ausentó de la sesión para hacer que su partido no pudiera luchar por ese órgano de gobierno, que al final quedó en manos de Acción Nacional.

El enfadado
Enrique Doger Guerrero no dudó en atacar una vez más al gobernador Mario Marín Torres, pues ante los reporteros desestimó las declaraciones que hizo esta semana el secretario de Gobernación Valentín Meneses Rojas, al asegurar que el caso de la escritora Lydia Cacho Ribeiro fue la gran mentira del sexenio. Doger Guerrero señaló que no fue así, ya que el caso fue atraído por la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Aunque las críticas fueron mesuradas, reconoció que políticamente Mario Marín no morirá al finalizar su sexenio.

"Al gobernador hay que juzgarlo en su justa dimensión, con los elementos, con los datos que se aportan en sus seis años de balance y con el tiempos sus aciertos, como el de la seguridad pública, lo que vemos en otros estados cercanos a Puebla, aquí no hay atentados, es un logro de la actual administración y no es menor porque es lo que le importa a la ciudadanía.