La plancha del zócalo se ha convertido en un centro de riñas donde los boleros establecidos se enfrentan cotidianamente con los boleros "piratas", quienes con cajón en mano se dan a la tarea de conseguir clientes a menor cuota.

Las desventajas, refirió Agustín Díaz, es que en ocasiones están drogados o borrachos, lo que les genera mala fama a los establecidos.

En este sentido, subrayó que alrededor de 60 "pirateros" caminan en los alrededores del zócalo, quienes con mala apariencia y aliento alcohólico se aprovechan de los turistas al cobrar entre 10 y 20 dólares por una boleada; mientras que a los poblanos les cobran 8 pesos; "nosotros cobramos 15.00 pesos de forma pareja; ellos a unos les bajan y a otros les suben, pero de todas formas nos friegan".

Por su parte, Ernesto Muñoz comentó que las riñas son constantes, pues los "piratas" no entienden que es su zona y que no pueden trabajar en ella; en este sentido, refirió que él ya tuvo un enfrentamiento con un bolero sin permiso; "nos agarramos a golpes porque son bien necios y no entienden que nos están bajando la chamba".

Raúl Ortiz comentó que cuando los boleros ambulantes se "alebrestan" es cuando los ven sólo; "si estamos dos o tres no se nos ponen, pero si no, se ponen de un impertinente que no se soporta".

Agustín Díaz, bolero ubicado frente al palacio municipal, comentó que en la administración pasada el secretario de Gobernación, Juan de Dios Bravo, mantuvo pláticas con los boleros ambulantes para ubicarlos en el parque San Luis y en el Paseo Bravo; "pero se negaron por que se acostumbraron a andar caminando en cantinas y restaurantes".

Marco Reyes, bolero de los portales, comentó que "para todos sale el sol", y negó que los boleros ambulantes les mermen el trabajo.

"La única forma de mantener a los clientes es hacer mejor el trabajo, pues considero que el bajo precio que ofrecen es una desventaja con la que tienen que luchar día a día; dicen que cobramos más, pero el trabajo está bien hecho", dijo.

En este sentido, Ernesto Muñoz ‚Äîquien camina con su cajón, pero con permiso del DIF‚Äî, afirmó que "el trabajo está jodido" y los 80 o 100 pesos que obtienen diario, no son suficiente para atender sus necesidades básicas de renta y servicios públicos.

Cabe señalar que los 26 boleros que se establecen en la plancha del zócalo tienen permiso desde la administración marinista, aunque sólo seis tienen un carrito establecido, pues el exalcalde los otorgo a través del programa "Niños de la Calle".

El líder de los Boleros de la CTM, Raúl Ortiz, comentó que Marín los integró al trabajo "para quedar bien, pero mejor los hubieran metido a la calle".