Más de 798 mil trabajadores asalariados laboran sin prestaciones sociales ni contrato que les garantice la estabilidad en su empleo, quienes representan 57 por ciento del total de empleados que —pese a estas condiciones— buscan la manera de obtener ingresos para subsistir.

El mercado laboral en Puebla se conforma por 2.3 millones de personas, de las cuales un millón 387 mil 992 trabajan bajo el esquema de subordinación, según se desprende de la reciente Encuesta de Ocupación y Empleo (Enoe) que difunde el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

Si bien Puebla destaca por su amplio número de trabajadores a nivel país, la situación que enfrentan es una de las más vulnerables, principalmente para los asalariados que carecen del derecho a acceder a prestaciones sociales, seguridad y certeza en su trabajo.

Tampoco tienen derecho a vacaciones, cotización ante el Infonavit, acceso a instituciones de salud, prima de antigüedad, pago de utilidades y aguinaldo, entre otras prestaciones.

La cifra es mayor cuando se observa el número de trabajadores que carecen de un contrato laboral, escenario que enfrentan 875 mil 103 asalariados en el estado, es decir, 63.04 por ciento del total de subordinados.

De acuerdo con la Ley Federal del Trabajo, el contrato laboral es aquel que establece tanto las obligaciones como derechos del trabajador y patrón, o dependencia para la que prestan sus servicios.

Figura de subordinado

El trabajador se compromete a prestar servicios personales bajo la figura de subordinación, cumplir con los lugares y tiempos estipulados para trabajar y ceñirse a la reglamentación interna de la empresa.

Por su parte, el patrón o empleador se compromete en el pago de la remuneración, igualdad de trato, cumplimiento de obligaciones establecidas en el contrato de trabajo y reglamentación de seguridad laboral.

En el caso de que no exista tal contrato de trabajo, los riesgos de incumplimiento por ambas partes son mayores, aunque para el caso del patrón existe el beneficio del salario que no será entregado al trabajador en tanto no cumpla con sus responsabilidades, sin embargo, esto no es equitativo para el trabajador quien no tiene posibilidades de condicionar al patrón.

Esta situación ha generado que cada vez sea mayor el número de desempleados o gente que labora de manera informal, ante las nulas posibilidades de acceder a un trabajo bien pagado, con seguridad social y certeza laboral.