Andrés Manuel López Obrador, candidato a la presidencia por las Izquierdas, proclama al cinco para las doce, que ya no ve fraude posible porque ahora si cuenta con la organización (Morena) para hacer valer la democracia y defender el resultado de la elección “voto por voto, casilla por casilla”.

López Obrador pone a su pueblo “asesor” por arriba del IFE para garantizar una elección que rechine de limpia.

Promete que la noche del 1 de julio no habrá bloqueos ni protestas sino una fiesta nacional. Está seguro de su victoria y la celebrara por adelantado.

Más allá del optimismo del candidato de las izquierdas, 2012 difícilmente repetirá la crisis de 2006.

Si bien es cierto que las encuestas del diario Reforma y del Observatorio Electoral Universitario hacen dudar sobre la verdadera diferencia entre los punteros, la realidad es que las condiciones del país y las de Andrés Manuel difieren mucho del momento en el que se lanzó a la resistencia civil. Esta vez, se ve muy difícil que la elección presidencial se resuelva con un margen de 0.56 por ciento.