El presidente Felipe Calderón Hinojosa confió en que la próxima administración federal en México mantendrá el esfuerzo en la lucha contra el crimen organizado, aunque reconoció que tiene “el derecho” y “el deber” de analizar otras alternativas.

Dejó en claro, no obstante, que “con toda honestidad, ¿ustedes quieren pensar en otra alternativa? Bueno, yo no veo que haya otra, aparte de la regulación de drogas en el mercado global, empezando aquí, en Estados Unidos”.

Al pronunciar un mensaje en el Consejo de Relaciones Exteriores, el mandatario mexicano insistió, como en otras ocasiones, en que si no se puede reducir la demanda de drogas en la Unión Americana de manera dramática, “tienen el deber de pensar en cualquier otra alternativa con tal de detener el flujo de dinero hacia los criminales”.

En el inicio de su visita de trabajo a Estados Unidos, la última en su calidad de jefe de Estado, ante empresarios y líderes de opinión de esa nación, Calderón Hinojosa señaló que ello implica, incluso, el análisis de “alternativas de mercado”.

Subrayó que el deber de cualquier gobierno es preservar la ley y la seguridad de las familias, ante lo que su gobierno emprendió la lucha contra el crimen organizado, lo cual “es un deber difícil, lo sé bien, pero se tiene que hacer”.

Consideró que otra alternativa sería “hacerse para atrás” y decir a los criminales “ya no voy a luchar, por favor adelante. Les gusta este gobierno, tómenlo. Les gusta esta ciudad, tómenla, no voy a luchar”.

El jefe del Ejecutivo federal sostuvo que en materia de seguridad México no ha estado solo, pues ha encontrado un espíritu de cooperación renovado en el gobierno del presidente Barack Obama para enfrentar los problemas que se tienen en común, bajo un principio de corresponsabilidad.

Admitió que falta mucho por hacer, sobre todo con lo que tiene que ver con desmantelar las operaciones financieras de las organizaciones criminales en Estados Unidos y reducir la demanda estadunidense de drogas.

“Necesitamos contar con una iniciativa coordinada y audaz para llegar a la raíz del problema, que es el aumento cada vez mayor de la demanda de drogas ilegales en Estados Unidos. Mientras siga creciendo este mercado, el dinero seguirá fluyendo a los bolsillos de los narcotraficantes”, añadió.

Calderón Hinojosa comentó que existe otro problema que se ha vuelto vital para la seguridad en México y en muchas otras naciones, que consiste en detener la venta indiscriminada de armas a las organizaciones criminales.

El acceso a las armas de asalto en la Unión Americana es un “factor clave” en la fuerza actual de las organizaciones criminales, destacó, e hizo notar que durante su administración se han asegurado más de 150 mil armas, de las cuales más de 80 por ciento fueron vendidas en territorio estadunidense.

“Para México es absolutamente injusto y ofensivo que tantas vidas sean perdidas debido a este negocio, cuyo propósito es el de promover las ganancias de la industria de las armas”.

Hay una correlación clara entre el momento en que caducó la prohibición de armas de asalto en Estados Unidos, en el año 2004, y el tiempo en que la violencia comenzó a crecer en México, puntualizó.