El gobernador de Michoacán, Fausto Vallejo, anunció este miércoles su decisión de dejar su cargo para atender sus problemas de salud, los cuales requieren un "tratamiento permanente y continuado", informó el gobierno federal.

En un mensaje de su cuenta de Twitter, el mandatario, quien tenía menos de un año al frente del gobierno tras seis meses de ausencia por una cirugía, informó de su decisión.

El presidente Enrique Peña Nieto recibió la mañana de este miércoles a Vallejo para, quien "manifestó su decisión de separarse de la gubernatura para atender su salud", dijo la Presidencia en un comunicado.

Vallejo "requerirá de un tratamiento permanente y continuado, y que por lo mismo no quería obstaculizar el desarrollo de Michoacán y de los michoacanos", indicó la Presidencia.

Emanado del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Vallejo asumió la gubernatura en febrero de 2012, luego de 10 años de que ese partido permaneció en la oposición en el estado del occidente de México.

En poco más de dos años, se ausentó del encargo en cuatro ocasiones. En marzo de 2013, Vallejo estuvo 12 días fuera del gobierno para una consulta médica en la Ciudad de México. Para abril, solicitó al Congreso estatal una primera licencia de tres meses, y en julio pidió una ampliación de seis meses más.

En ese periodo, el gobernador se sometió a una cirugía de hígado que se practicó en Estados Unidos. Reasumió su cargo el 24 de octubre. La semana pasada nuevamente se ausentó de la gubernatura para practicarse una revisión médica, tras lo cual confirmó su decisión de este miércoles.

El Congreso de Michoacán deberá elegir por una mayoría de dos terceras partes a un gobernador sustituto que concluya el periodo, en febrero de 2016, según indica el artículo 57 de la Constitución michoacana.

Los problemas de Michoacán

La administración de Vallejo ha sido cuestionada por los altos índices de inseguridad, el surgimiento de un grupo civil armado que desplazó a autoridades locales, así como por las acusaciones de presuntos vínculos del número dos en su gobierno con el crimen organizado.

Durante las ausencias de Vallejo, el entonces secretario de Gobierno Jesús Reyna asumió las funciones. El mes pasado, la Procuraduría General de la República presentó cargos contra Reyna por delincuencia organizada, por lo que está recluido en la prisión federal de El Altiplano.

Ante el alza en la violencia en el estado, el gobierno federal intervino en el territorio michoacano con elementos de la Policía Federal, el Ejército y la Marina en 27 municipios con más problemas de inseguridad, muchos de los cuales tenían presencia de los civiles armados de las autodefensas.

El presidente Peña Nieto designó a Alfredo Castillo para manejar la Estrategia de Desarrollo Integral para Michoacán, que además de seguridad prevé aplicar 45,500 millones de pesos en inversiones para el estado.

Luego de la detención y abatimiento de líderes del grupo los Caballeros Templarios, Castillo declaró en mayo que las autoridades habían recobrado el control territorial del estado, con ayuda de la Fuerza Rural Estatal conformada por las autodefensas.

“Legítimamente, la sociedad ha clamado que se ponga un alto a la delincuencia, y es una obligación a las tres órdenes del estado asumir la responsabilidad”, dijo Vallejo en su segundo informe de gobierno, en febrero pasado.

“Es cierto, se rompió la armonía social en algunas regiones del estado, pero ahora estamos encontrando respuestas y soluciones, con un apoyo sin precedentes”, agregó tras reconocer omisiones de su administración en materia de seguridad.