El tercer Grand Slam de la temporada, el que se juega en la considerada catedral del tenis, Wimbledon, llega en uno de los momentos de mayor pelea entre los mejores jugadores de la clasificación de la ATP y con la posibilidad de que nuevos valores comiencen a destacarse al lado de los llamados Cuatro fantásticos.

En 2013, Andy Murray enamoró a los británicos al convertirse en el primer jugador de la isla en ganar el torneo desde que lo hiciera Fred Perry 77 años antes.

Para esta edición el escocés llegará sin la presión que tenía sobre sus hombros y, aunque se liberó de esa maldición, el haber demostrado que es capaz de ganar un torneo de la importancia y la magnitud del que se juega en el All England Club, de Londres, lo pondrá nuevamente en la mira de sus compatriotas.

Murray se presenta contra el belga David Goffin, un joven de 23 años y 104 del mundo, al que nunca se ha enfrentado.