El estado de Michoacán, además de ser muy bello, cuenta con una historia ancestral y cultural que enriquece nuestro territorio mexicano. Muchos son los atractivos del estado, pero aproximándose una fecha tan importante como lo es la celebración del Día de Muertos, no puede pasar desapercibida la isla de Janitzio, rodeada del lago de Pátzcuaro.
Janitzio, cuyo nombre original purépecha significa “Janitzio flor de trigo o maíz” y donde su magia y su encanto propio de la región, hacen de este sitio un lugar inolvidable, siendo una de las cinco islas que están en el también famoso Lago de Pátzcuaro.
La fama de Janitzio, se debe en gran parte a la celebración de muertos, donde oriundos y turistas se dan cita año con año en tan importante fecha, donde toda la isla está alumbrada por veladoras y cirios; así como también no pueden faltar los altares para los seres queridos.
Sin embargo, el festín mayor se da en el cementerio, primero con una procesión, luego con el adorno de las tumbas, los canticos y rezos están presentes, así como plegarias a esos seres queridos que ya no están, pero que esa noche el espíritu llegará para acompañar a los que están en la tierra.
Formando parte de estos adornos, está la escultura monumental a José María Morelos y Pavón, la cual es un atractivo más de este lugar y que en esos días de muerto, a lo lejos alumbra por las veladoras que la rodean, haciendo este monumento más imponente que de costumbre.
De la celebración y ritos
La celebración de muertos en la isla, empieza el 31 de octubre y culmina el 2 de noviembre, donde veremos las valsas o canoas llamadas “Mariposas”, que van iluminadas, y llegan a Janitzio después de un recorrido acuático de aproximadamente 20 minutos, transportando a las personas que llevan flores y comida.
Sin embargo cualquier buen poeta diría que las pequeñas embarcaciones de la región, son el transporte al inframundo ya que eso parecen en esos días, aunado a la música y los cánticos que forman parte de la procesión rumbo al cementerio, donde cirios dan la bienvenida a las almas que llegan a visitar a sus seres queridos.
Quienes los esperan con sus platillos preferidos y bebidas, rodeados del perfume de las flores de cempasúchil, formando el marco perfecto que iluminan el camino de estos espíritus en la noche helada, pero cálida por los cientos de personas que esperan en la velada, primero con la procesión en silencio y después con cantos, que invitan a unirse a este gran espectáculo natural que dura varias horas.
Así en la mezcla de tradición, misticismo y surrealismo, hacen de Janitzio, una atracción nocturna única en su género, donde más que Día de Muertos es un Día de Fiesta, de celebración, de reconciliación de vivos, que en esas noches se dan la mano con la muerte, aunque solo sea una tregua parcial para celebrar.
Lo anterior convierte a Janitzio en un símbolo de armonía en todo: con su lago, con los pescadores, sus barcas de mariposa, su rica comida, sus artesanías, el monumento a Morelos, su iglesia; todo conjugado en una celebración de la isla rústica y tradicional, que con sus calles empedradas y casas coloniales con techos de teja, donde las plantas y flores son el mejor adorno del lugar al cual se llega en lanchas especiales para turistas o en las mariposas; hacen que los colonos sigan sus tradiciones, pero también que marcan a los que visitan la isla principalmente en estas fechas, haciendo que nunca olviden la impactante escenografía del lago, la isla y todo lo visto que se guarda en la memoria como una foto ancestral.