El proceso desaceleración en la economía se ha relejado en la industria restaurantera en la primera mitad de este 2019, lamentó el presidente nacional de Canirac, Francisco Fernández Alonso, al valorar que el sector no cayó en recesión.

Durante la décimo primera edición de la comida de arranque de la temporada de chile en Nogada en Puebla, destacó que todos los sectores que impulsan a la economía en territorio nacional necesitan urgentemente de certidumbre para invertir, generar nuevas fuentes laborales y de un panorama transparente de devenir que ocurrirá.

El presidente de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y de Alimentos Condimentados (Canirac), desde San Pedro Museo de Arte, preguntó: ¿Qué va a pasar en 10 años?, por eso los inversores se quejan.

Además, precisó que el escenario político de indefiniciones influye indiscutiblemente en el costo del dinero y el precio que se tiene que pagar a la inversión de portafolios foránea para que se mantenga en el país, sin riesgos de partir a otro país del globo.

Reveló que, durante los primeros seis meses del año, la mayoría de las fuentes laborales generadas del sector se relacionaron con los cambios en hábitos del consumidor y en el uso de las aplicaciones para la compra de alimentos a domicilio o a oficinas, pero, precisó, que no necesariamente se trata de un empleo formal.

Refrendó que el repunte relativo de tasas de dos puntos porcentuales referentes a los 1.7 millones de empleos que genera la industria restaurantera que aporta aproximadamente el dos por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) y un 14 por ciento del sector turístico

El principal problema localizado es el lenguaje y la certidumbre, reiteró, al indicar que las ventas se mantienen estancadas en términos de ingreso a los restaurantes, aunque en apariencia las aplicaciones hayan dinamizado el consumo.

“No significa una causa de que estemos creciendo, el hábito ha crecido y provocado repunte en las ventas y el empleo”.

Pero advirtió que el país si puede esperar una recesión en general porque rodo el panorama de crecimiento va hacia abajo, sin avistar aspectos positivos.