Paso a paso, pancarta por pancarta, grito a grito y consigna tras consigna de cada uno de miles de estudiantes, hicieron cimbrar cada calle de la ciudad de Puebla recorrida en la llamada Mega Marcha Universitaria.

El puño en alto, cerrado con toda la fuerza, se ha convertido en un símbolo de solidaridad, pero ahora se levantó por otro tipo de tragedia, muy distinta a la del sismo del 19 de septiembre, ahora se empuñó por estudiantes asesinados.

Fue así como decenas de miles de estudiantes universitarios invadieron las calles poblanas con una voz al unísono de exigencia de seguridad y justicia.

El detonante fue el multihomicidio de tres estudiantes y un conductor de Uber, ocurrido hace dos semanas en Huejotzingo, el que hizo verse reflejados a miles de estudiantes.

“Quiero un título, no un ataúd”, fue la consigna más repetida entre los jóvenes en su marcha, la que hicieron de manera ejemplar, pacífica y sin cubrirse los rostros, de frente.

De este modo, primera vez en la historia Puebla marcharon juntos estudiantes de más de entre 30 y 50 instituciones de educación superior.

En esta ocasión no había clases sociales, fifís o chairos, niños bien o huapachosos, todos dejaron a un lado sus competencias naturales.

Con cordones y credenciales que los acreditaban como estudiantes, sin cubrirse los rostros, los universitarios poblanos dieron la muestra al país de como se hace una protesta justa, pero sobre todo pacífica.

Desde las primeras horas de este 5 de marzo, las calles fueron literalmente invadidas por los universitarios, al unísono de la exigencia de más seguridad y protección.

Por algunas calles, acompañados de los rectores de las instituciones integrantes del Consorcio Universitario, entre ellos las universidades Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), de las Americas (Udlap) e Iberoamericana.

Pero también hubo centenares de estudiantes de universidades con pequeñas matriculas, pero no en importancia, quienes también pusieron su grano de arena.

“La lucha es de todos, aquí no hay ricos, no hay pobres, no hay clases, todos juntos por seguridad, porque nos pega a todos, feos o guapos, todos somos BUAP, todos somos UDLAP, todos somos IBERO, todos somos estudiantes”, se leía en una pancarta,

La protesta, es la cúspide de manifestaciones que se han realizado desde el multihomicidio de hace dos semanas, la gota que derramo el vaso, dijeron.

A la marcha, se sumaron rectores de diversas instituciones educativas, como el de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), Alfonso Esparza Ortiz Alfonso Esparza, Luis Ernesto Derbez de la Universidad de la Américas Puebla (Udlap).

Asimismo, Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), José Emilio Baños Ardavín, Pedro Grasa Soler Tec de Monterrey, José Mata de la Anahuac, Mario Patrón Sánchez de la Ibero y Job César Romero Reyes de la Universidad Madero.

El muro

Una de las paredes de la facultad de Filosofía y Letras, se ha convertido en una especie de “muro de los lamentos”.

A su paso lento por el centro de la ciudad, muchos leían interesados hojas escrita a mano pegadas en las paredes de la facultad en la avenida Juan de Palafox y Mendoza a una calle del zócalo de la ciudad de Puebla. “Quiero que mi mamá reciba un título, no mi cadáver”, señala una de ellas.

Esta forma de expresión fue hecha espontáneamente, donde los jóvenes testificaron cada uno de los problemas de inseguridad que han sufrido desde hace muchos años.

“Tenía 10 años cuando me dijeron obscenidades en la calle”, “A mi hijo de 19 años lo asaltaron y aparte de quitarle todo, lo golpearon muy feo ¡terrible la inseguridad!”, siguen las cartas.

“Basta de ser acosada por hombres, que no tienen valores, que tienen familia y no les importa qué nos pasa a nosotras las mujeres”, se lee otro clamor.

“El día que fui a recoger mi credencial BUAP, un hombre se masturbó sobre mí, no pude decir nada porque me dio miedo”, se lee en otra carta.

“Tengo miedo de que me vuelvan a acorralar y subir a un lugar al que no quiero, ¡basta de ver y callar”, “Arriesgo mi vida por la salud de los demás, pero quién cuida de mi””, son parte de las denuncias puestas.

Impunidad e inseguridad

De 1 mil 128 homicidios dolosos registrados en Puebla, solo dos llegaron a sentencia durante todo 2019, un 0.12% y solo seis feminicidios de 58 registrados oficialmente, llegaron a un dictamen final judicial.

Se aprecia en las estadísticas que alto índice de impunidad en la entidad poblana, luego de que en el año pasado se abrieron 46 mil 543 carpetas de investigación en 12 delitos de alto impacto.

Sin embargo, solo llegaron a sentencias 58 casos de los más de 46 mil, lo que representa el 0.12% del total de las carpetas investigación iniciadas, según un estudio del observatorio ciudadano Igavim.

El análisis presentado por el Instituto para la Gestión, Administración y Vinculación Municipal (Igavim), está basado en solicitudes de información y datos del secretariado del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP).

Los delitos analizados fueron homicidios dolosos y culposos; feminicidios, secuestro, extorsión, violación; robos con violencia, de vehículo, casa habitación, negocio, transeúnte y transportista.