La casa encuestadora Enkoll (bit.ly/3awuKBt) informó los resultados del estudio “El Machismo Invisible”, que arroja que las mujeres adolescentes, de entre 12 a 17 años de edad, son las más propensas a sufrir acoso sexual en México.

Los principales resultados de la encuesta indican que, de acuerdo con la percepción de los habitantes de la Ciudad de México, las mujeres están más expuestas a sufrir acoso sexual antes de llegar a la mayoría de edad.

Las respuestas fueron las siguientes: 0 a 5 años, 33 por ciento; 6 a 11 años, 29 por ciento; 12 a 17 años, 34 por ciento y de 18 años en adelante, 4 por ciento.

Sumando estos resultados, 96 por ciento de los entrevistados considera que las menores de edad están más expuestas.

Las conclusiones del estudio arrojaron que 76 por ciento de los entrevistados indican no haber sido testigos de algún tipo de violencia física o verbal en su hogar; 91 por ciento de los entrevistados asume que sabe qué es el feminicidio, de ellos, 88 por ciento considera que el número de feminicidios sí ha aumentado en el último año en la Ciudad de México.

Cabe mencionar que esta percepción es mayor en las respuestas de las mujeres: 93 por ciento; en el caso de los hombres se trata del 84 por ciento.

Para profundizar algunas de las razones de estos datos que arrojó la encuesta, Enkoll llevó a cabo un estudio cualitativo en el que los principales hallazgos fueron:

  • El machismo es un comportamiento que exige a los hombres ser violentos entre ellos y después contra las mujeres o aquellas personas con preferencias homosexuales.
  • Se identificaron las etapas de socialización y formación de identidad masculina: en la infancia, en el hogar, donde aprenden los roles femeninos y masculinos y el trato a la mujer; en la adolescencia, con los amigos, donde se afirma la identidad masculina con base en la presión social violenta; y, por último, en la pareja, donde se reproducen los comportamientos y creencias aprendidos a lo largo de las otras etapas de la vida.
  • El machismo y la violencia se gestan en casa, se afirman entre amigos y son reproducidos por la sociedad. Por ejemplo, un hombre se convierte en tal al demostrar “valentía” ante diversas situaciones que se le presenten, incluso aquellas que atenten contra su integridad y salud.
  • Una mujer, por el contrario, se define como tal cuando se convierte en madre y su dimensión social se restringe a ser cuidadora.
  • En conclusión, el estudio arrojó que hombres y mujeres conviven en relaciones desiguales, basadas en la “superioridad” del hombre sobre la mujer, que implica actitudes machistas normalizadas, este machismo normalizado no se percibe como violencia, de acuerdo con el estudio; pues sólo dos tipos de machismo sí se reconocen como violencia: el maltrato físico y la violencia sexual.
  • Hombres y mujeres niegan que algunas prácticas normalizadas sean machismo y reproducen formas de violencia emocional, simbólica y económica.