El aún presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró este miércoles que “nunca” concederá la derrota frente al presidente electo, el demócrata Joe Biden.

A través de sus redes sociales y afuera de la Casa Blanca, el también empresario reiteró sus acusaciones sobre un presunto fraude electoral apenas minutos antes de que el Congreso se reuniera para validar el resultado de las elecciones de noviembre.

EFE detalló que desde la primera hora de este 6 de enero, Donald Trump continuó la presión sobre su vicepresidente, Mike Pence, para que rechace la confirmación de la victoria del demócrata Joe Biden en la certificación del Colegio Electoral hoy en el Congreso, algo que no tiene precedentes y que no tendría valor legal.

“Los estados quieren que se corrijan los votos, que saben que están basados en irregularidades y fraude, además de un proceso corrupto que no recibió apoyo legislativo. Todo lo que Mike Pence tiene que hacer es enviar (los votos del Colegio Electoral) de vuelta a los estados y GANAREMOS. Hazlo, Mike ¡Es el momento de la valentía extrema!”, animó en un tuit.

El mandatario norteamericano se ha resistido a darse por vencido y reconocer la victoria de Joe Biden en las elecciones registradas el 3 de noviembre de 2020.

Desde que se confirmó el triunfo virtual de Biden, Trump y un equipo legal ha perdido todas las acciones judiciales para desafiar el resultado electoral en los estados más importantes, como Arizona, Georgia, Michigan, Nevada, Pensilvania o Wisconsin.

El pasado 14 de diciembre todos los estados del país certificaron a qué candidato asignaban sus compromisarios del Colegio Electoral en base al escrutinio.

Ese día quedó claro que Biden obtuvo 306 de los 270 compromisarios necesarios para ser el próximo presidente de Estados Unidos a partir del día 20 de enero.

Nunca antes en la historia de Estados Unidos, un vicepresidente se ha negado a poner su firma a la decisión del Colegio Electoral, algo que si sucede pondría al país en territorio desconocido al desafiar a la enmienda XII de la Constitución y a buen seguro desataría una batalla legal que llegaría al Tribunal Supremo.