Este sábado se llevó a cabo el funeral del papa Francisco en la Plaza de San Pedro, en el Vaticano, ante una multitud de 250 mil personas, así como líderes políticos y religiosos del mundo.
La ceremonia comenzó a las 10:00 horas, como estaba programado, en la que se despidió a Jorge Mario Bergoglio, nombre secular del pontífice, quien falleció el pasado 21 de abril a los 88 años.
El cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio, estuvo a cargo de dirigir la misa fúnebre del papa Francisco, ante cientos de miles de feligreses que se congregaron en los alrededores de la Basílica de San Pedro.
El cardenal roció el ataúd con agua bendita, antes de quemar incienso como símbolo de purificación. Fue uno de los últimos ritos antes de la procesión hacia su morada final.
"La efusión de afecto que hemos presenciado en los últimos días tras su paso de esta tierra a la eternidad nos dice hasta qué punto el profundo pontificado del papa Francisco ha tocado las mentes y los corazones", dijo el cardenal Battista Re durante la homilía.
Destacó el "liderazgo pastoral" de Francisco y de su permanente llamado a "construir puentes, no muros", además de relevar su compasión por los migrantes.
"Estableció un contacto directo con las personas y los pueblos, deseoso de estar cerca de todos, con una marcada atención a los que estaban en dificultad, entregándose sin medida, especialmente a los marginados, a los últimos entre nosotros", afirmó.
El papa Francisco decidió que su última morada sea la Basílica de Santa María la Mayor, también en Roma, a unos 6 kilómetros de distancia del Vaticano, siendo el primer papa en un siglo en no ser enterrado en las grutas de la Basílica de San Pedro.
El féretro del papa fue llevado en el papamóvil en una procesión hasta la Basílica de Santa María la Mayor, en donde se realizó una ceremonia privada, antes de ser sepultado.