Ante el inminente retorno a clases presenciales, autoridades, personal docente, e incluso padres de familia han comenzado la rehabilitación de los espacios educativos de educación básica en sus distintos niveles que cumplen 14 meses de haber estado cerrados a causa de la pandemia.

De acuerdo a un recorrido realizado por Intolerancia, en algunas escuelas se ven personas barriendo el interior de los salones, quitando hierba, además de las acciones para impermeabilizar los techos que se encuentran dañados.

Sin que haya fecha para el reinicio de las clases, que de acuerdo a las autoridades será en el sistema mixto, se espera que los planteles se encuentren en condiciones óptimas para atender a los estudiantes.

El pasado 7 de mayo, la Secretaría de Educación Pública, dio a conocer los lineamientos para el retorno seguro a clases en la modalidad presencial, y considerando que las escuelas son espacios de desarrollo psicoemocional.

En dicho documento se detallan cinco fases:

1. Preparación para el regreso escolar seguro.

2. Cierre del ciclo escolar 2020-2021.

3. Formación para atender la diversidad de las realidades educativas.

4. Modelo educativo híbrido en el estado (implica tres modalidades con el uso de herramientas tecnológicas, al 100 por ciento, parcialmente y sin uso).

5. Prácticas de cuidado permanente; cada fase representa la preparación paulatina que va teniendo la dependencia en los planteles educativos.

El objetivo es garantizar el derecho a la educación para el ciclo escolar 2021-2022, otorgando condiciones de asequibilidad, accesibilidad, aceptabilidad y adaptabilidad desde la ética del cuidado.

Además, informando también los principios rectores para el ciclo escolar próximo, así como acciones enfocadas a la participación incluyente, la solidaridad, atención a la población vulnerable, de las emociones en la relación pedagógica y evaluar para aprender.

Una de las acciones prioritarias pedagógicas que se realizarán en las aulas en agosto próximo, será entablar acciones para que docentes y alumnos puedan identificar sus emociones e iniciar estrategias desde la ética del cuidado; esto significa que escuelas y maestros ya trabajan para el siguiente ciclo escolar, dando certeza a la comunidad educativa.