En lo que va de la actual administración municipal, la dirección de Protección Civil de la capital ha logrado retirar de manera voluntaria a un total de 200 familias que se encontraban en asentamientos irregulares en puntos de riesgo cerca de laderas de ríos y barrancas.

Se trata de familias que habitaban casas de material prefabricado o de lámina y cartón en puntos de riesgo como Barranca Manzanilla y El Santuario, así como los ríos Alseseca, Atoyac y San Francisco.

Actualmente, de las 6 mil personas en riesgo que hay en estos lugares, al menos 2 mil de ellas se encuentran en estas condiciones de habitar de manera irregular espacios en casas de láminas y cartón.

El titular de la dependencia, Gustavo Ariza Salvatori, aseveró que en todos los casos los habitantes retirados lo han hecho por su propia cuenta al ver que los lugares donde habitan comienzan a presentar deslizamientos de tierra que ponen en peligro su vida.

“Se trata de hogares que son prefabricados por personas que han invadido las laderas ante la falta de un lugar dónde vivir, pero por tratarse de asentamientos irregulares que ponen en riesgo sus vidas.”

De hecho, no hubo necesidad de dar albergue a estas familias en alguno de los espacios con los que cuenta el ayuntamiento para este tipo de casos, pues la totalidad de ellas buscaron como opción el apoyo y resguardo con sus familiares.

En estos lugares señalados como alto riesgo, conforme pasaron los años, los desgajamientos de las laderas se dieron en mayor medida, desde deslizamientos importantes de terrenos hasta el desprendimiento de grandes rocas que se ubican en estas laderas.

Ariza Salvatori detalló que en todos los casos año con año la dependencia a su cargo emite las notificaciones correspondientes para advertir a los habitantes en estas condiciones que se encuentran en peligro no sólo de perder sus propiedades, sino su vida.

El funcionario municipal destacó que la labor en cada temporada de lluvias es titánica debido a que, a pesar de advertir del peligro que corren al vivir en estos asentamientos irregulares, los habitantes se niegan a abandonar sus hogares.

Cada año se hacen alrededor de mil 200 notificaciones donde se pide la salida voluntaria de sus hogares, haciéndose responsables de permanecer o tomar estas recomendaciones, pues al final no es por afectarlos, sino para prevenir una desgracia.

En este sentido, explicó que las autoridades municipales no tienen la facultad de implementar medidas para el desalojo con el uso de la fuerza pública, pues esta acción corresponde exclusivamente a las autoridades federales por la invasión de estos espacios.

Principalmente los deslaves más peligrosos se deben a que con el paso de los años se ha generado una importante socavamiento de las márgenes de las barrancas y ríos que atraviesan la capital.

Por ello, comentó que las recomendaciones básicas para prevenir consecuencias fatales por un desgajamiento son mantenerse prevenidos ante una fuerte lluvia, estar preparados para abandonar sus hogares, percatarse de los escurrimientos de lodo que se comiencen a presentar y, en su caso, al primer tremor o ruido en el subsuelo, ponerse a salvo lo antes posible.