El periodo vacacional de verano de este año dejó 15 llamadas reales de emergencia relacionadas con accidentes en el hogar y 60 por ciento de falsas llamadas por el mal uso de los números de emergencia.

Estas llamadas de auxilio tuvieron que ver con caídas, intoxicaciones y alguna fractura, mientras que las falsas en su mayoría fueron por supuestas bombas colocadas en bancos o comercios, dio a conocer el director del Centro de Emergencia y Respuesta Inmediata (CERI), Eduardo Vázquez Rossainz, tras hacer un balance del trabajo realizado por su dependencia.

En entrevista, el funcionario municipal destacó que los accidentes en los hogares con menores de 3 a 10 años, éstos se incrementan hasta 20 por ciento, siendo los horarios en los cuales se reciben más llamadas de emergencia de 7 a 14 horas.

Vázquez Rossainz recalcó que la mayor parte de estos accidentes se relacionan con la ingesta de sustancias tóxicas u objetos pequeños, quemaduras, torceduras, caídas, por mencionar algunos de ellos.
De la misma forma, refirió que en las unidades habitacionales como San Ramón, Loma Bella, Villa Frontera y Bosques de San Sebastián fueron las zonas donde se reportaron más accidentes que involucran a menores de edad.

En cuanto a las llamadas falsas que recibieron los números de emergencia, el director del CERI admitió que la tendencia se mantuvo, es decir, que al menos 60 por ciento de los llamados de auxilio fueron falsos.

El funcionario municipal aseveró que con el inicio del periodo vacacional se llegan a recibir hasta 3 llamadas falsas diarias que obligan a desatender otras que son reales hasta que se descarta cualquier riesgo.

Esta tendencia se agrava si se toma en cuenta que en cada periodo vacacional las llamadas falsas aumentan un 30 por ciento, por lo que se llegan a recibir hasta 5 mil reportes, de los cuales 60 por ciento no son reales.

Calificó como grave que las personas sigan utilizando los teléfonos de emergencia para hacer esta clase de bromas, porque la atención que se puede dar en una situación real se ve disminuida en atención inmediata.

El responsable del CERI indicó que un alto porcentaje de estas llamadas la realizan estudiantes que, por estar jugando con las líneas telefónicas, ocasionan pérdidas importantes por el consumo de gasolina cuando se traslada una unidad a atender la emergencia que después resultó falsa. 

En promedio, unos 200 pesos le cuestan al gobierno del municipio de Puebla atender cada una de estas falsas llamadas, principalmente realizada por niños y adolescentes desde sus casas.

“Salen los chavitos de vacaciones y desde el teléfono público o desde sus casas empiezan a llamar en sus ratos de ocio y eso pone en jaque a las autoridades que atienden emergencias que no existen”, concluyó el funcionario.