Para el titular del Programa de Migración, Desarrollo y Ciudadanía Binacional Puebla-Tlaxcala, Misael González Ramírez, la delincuencia creciente en el estado de Veracruz genera que en la entidad poblana se presente un mayor flujo de transmigrantes en los principales cruceros de las ciudades, porque realizan una permanencia estacional en regiones urbanas, mientras retoman el camino para llegar a la frontera norte.

El investigador de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP) reveló que, según aproximaciones, durante un año pasan por territorio poblano más de 20 mil indocumentados, cuya procedencia es de países de Centroamérica como El Salvador, Guatemala y Honduras. Muchos de ellos realizan una estancia en la región poblana, frenados por el crimen organizado.

Al presentar una “radiografía” del fenómeno migratorio y su impacto en el altiplano mexicano, el académico de la máxima casa de estudios del estado de Puebla aseguró que el fenómeno migratorio está directamente ligado a problemas sociales como la exclusión y la falta de oportunidades laborales. Prueba de ello es que en lo que va del presente año fueron repatriados cerca de 4 mil ciudadanos de Guatemala que buscaban llegar a los Estados Unidos.

El catedrático de la universidad estatal poblana reveló que el fenómeno migratorio trae consigo diferentes problemáticas sociales porque las restricciones en las políticas migratorias ocasionan que las familias se separen y que en el trayecto hacia el vecino país del norte viajen en circunstancias de grandes riesgos, porque en los lugares en que se estacionan temporalmente trabajan sin documentación, lo que les complica el acceso a empleos más o menos remunerados.

Explotación laboral y sexual

Asimismo, reveló que la política migratoria da como resultado que los migrantes centroamericanos sean vulnerables a la explotación laboral y en muchas ocasiones hasta sexual, por lo que confirmó que los derechos humanos de esos ciudadanos son violentados de manera permanente y el grave problema es que los delitos en contra de los migrantes no son denunciados porque tienen temor a que sean detectados y con ello repatriados a su país de origen.

Cabe señalar que las estadísticas de la fundación Pies Secos revelan que en la actualidad en el estado de Puebla el mayor número de abusos cometidos contra los indocumentados, de parte de la Policía local y de agentes del Instituto Nacional de Migración (INM), se reporta en cinco municipios: Tepeaca, Lara Grajales, la ciudad de Puebla, Teziutlán y Soltepec, por donde pasa la ruta del ferrocarril procedente de la frontera sur de México.