Alejandro Camacho Fierro
Tony Gali Fayad delineó su administración gubernamental al tomar protesta. Sensibilidad social, diálogo, conciliación, atención a los sectores marginados en la ciudad y generosidad, conceptos que marcaron el discurso del nuevo alcalde.
La toma de protesta de Tony Gali Fayad resaltó su cercanía con el gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle. Pero esta cercanía también bosquejó sus diferencias con el morenovallismo de Casa Puebla.
Gali prometió un gobierno híbrido: resaltó las preocupaciones sociales como el combate de la pobreza en el municipio y las obras en las juntas auxiliares, al tiempo de comprometerse a darle continuidad a las obras de pavimentación de concreto hidraúlico, ícono de la idea de modernidad para el grupo gobernante.
Sin negar la pobreza de Puebla, Gali se planteó aceptar las indicaciones de Coneval. Además, el alcalde entrante mostró su lado dialoguista y ofreció tolerancia, diálogo y reconciliación. Términos esporádicos del morenovallismo nativo.
“En la política la generosidad debe ir por delante de quienes piensan diferente”, resaltó el alcalde.
La alusión de Gali Fayad lo distinguió de su invitado Rafael Moreno Valle, quien, al escuchar la referencia, alcanzó a mover levemente su cabeza. El alcalde señaló que cuenta con mil 703 días para transformar a Puebla y afirmó que trabajará incansablemente.
En varias ocasiones, en su intervención, el alcalde se refirió a la sensibilidad social, a la proximidad con los ciudadanos, como claves para su gobierno.
“El desafío es recuperar la sensibilidad social sin perder el brillo de la razón”, subrayó Gali Fayad.
De nueva cuenta, la alusión de Gali Fayad pareció distinguirlo de la actual administración estatal, que ha tomado decisiones sin consultarlas con los ciudadanos.
Ante los integrantes del cabildo, Tony Gali Fayad subrayó su intención dialoguista y le ofertó a todas las fuerzas políticas y grupos sociales tolerancia para alcanzar los consensos que requiere el municipio; además, les garantizó un diálogo directo para encontrar las mejores soluciones.
“A quienes no coinciden con nuestro proyecto les pido respetuosamente que cohesionemos nuestros esfuerzos”, dijo Gali.
El alcalde señaló: “Mi único propósito es entregar resultados palpables desde los primeros días del gobierno. Son mil 703 días los que tenemos para transformar el rostro de la ciudad”. Gali se dirigió al Cabildo, a la clase política y a los sectores sociales invitados al Centro de Convenciones de Puebla.
Su discurso aún no se despegaba de las promesas de campaña. Aunque el nuevo alcalde enlistó varias acciones de gobierno durante su administración, en la parte política de su discurso exhibió, sin menciones directas y en un lenguaje ciertamente cifrado, las carencias del morenovallismo.
Por su parte, el gobernador Rafael Moreno Valle pasó de la condescendencia a las citas autobiográficas y familiares. Una vez que Gali terminó de hablar, lo saludó sin mucha motivación. Dándole un par de palmaditas.
Moreno Valle firmó: “Apoyaremos las obras de Tony Gali. Respaldamos su proyecto para fomentar un desarrollo metropolitano, pues no podemos permitir que el límite de un municipio sea el que marque el territorio”.
Para Moreno Valle es fundamental crecer con planeación y con visión de sustentabilidad: “Si los legisladores nos brindan un marco jurídico adecuado, podremos estar en mejores condiciones de apoyar a la zona metropolitana”.
Una vez que Moreno Valle terminó su discurso, de nuevo saludó a Gali, ahora con más energía y efusividad.
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En su toma de protesta, Tony Gali Fayad y el gobernador Rafael Moreno Valle intercambiaron halagos. A pesar de la formalidad del acto de toma de protesta, el gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, presentó al alcalde como su amigo.
Sin hacerlo explícito, el alcalde Tony Gali Fayad demeritó el trabajo de las alcaldías anteriores al resaltar los rezagos en materia de pobreza, desarrollo social y competitividad.
A la toma de protesta de Gali acudieron los gobernadores Francisco Vega, de Baja California, y Manuel Velasco, del estado de Chiapas Sentados juntos se encontraban el líder perredista Jesús Zambrano y el dirigente nacional del PAN, Gustavo Madero. También, el diputado federal del PAN y coordinador de los diputados panistas, Ricardo Cervantes. Las senadoras Blanca Alcalá Ruiz y Lucero Saldaña Pérez, así como el senador Javier Lozano acudieron al acto.
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En varias ocasiones, Gali Fayad le quiso imprimir ímpetu a su discurso, mientras que el gobernador Rafael Moreno Valle seguía sus palabras, entre distante y esquivo. A un lado del alcalde, que de pie, decía su discurso, Moreno Valle parecía un personaje externo al acto gubernamental.
Casi en la parte final de su discurso, Gali Fayad se dirigió al gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle. Gali señaló a Moreno Valle. La mención agradecida pareció tomar de sorpresa a Moreno Valle, quien reaccionó maquinalmente, como en cámara lenta e intentó sonreír frente a las cámaras.
Ya cuando Moreno Valle tomó la palabra, se soltó un poco. El gobernador de Puebla desglosó las virtudes de Gali Fayad, a quien presentó como su amigo. Moreno Valle resaltó la cooperación conjunta con el ayuntamiento de la ciudad de Puebla. Además, aprovechó para presentar a los gobernadores de los estados y algún otro político de medio vuelo.
No le faltó a Moreno Valle la referencia autobiográfica. Cuando el gobernador presentó a Manuel Velasco, gobernador de Chiapas, recalcó que su abuelo y el padre de Velasco habían sido gobernadores de sus estados.
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Los regidores entonaron el himno a Puebla. Al terminar el informe, el alcalde Tony Gali Fayad se dirigió al jardín aledaño al Centro de Convenciones. A la vieja usanza del poder, cientos de personas se formaron para el “besamanos”.
El alcalde saludó uno por uno a sus invitados, se tomó la fotografía con ellos y escuchó brevemente las peticiones. Más tarde, se realizó una comida VIP en un hotel del centro histórico de la ciudad.