Óscar se convirtió en un héroe. De un momento a otro, reaccionó y “tacleó” a un ratero, justo en el corazón de la ciudad de Puebla, ante la mirada de cientos de transeúntes y hasta policías “engarrotados”.

El robo de la mochila de Catalina Ramos, a una calle del palacio municipal, a las 10 horas, cuando más movimiento hay en la calle Reforma y 16 de Septiembre, pudo ser uno más del los que ocurren en el primer cuadro de la ciudad.

Pero esta ocasión Óscar Rivadeneyra, estudiante de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP), evitó que el ladronzuelo escapara. Y es que la “tranquilidad” de uno de los puntos más concurridos de Puebla se vio interrumpida cuando alguien gritó, de repente: “¡Agárrenlo, agárrenlo!”.

Genaro N., un joven de 17 años, aunque aparenta tener 14 por su menuda complexión, vestido con gran suéter gris amarrado a la cintura y gorra verde, había hecho su labor del día, arrebatando la bolsa a Catalina. Pero fue perseguido por una persona, al parecer un policía ministerial que patrullaba el lugar, pero ni siquiera el agente de la Secretaría de Seguridad Pública y Vialidad Municipal, apostado en esa esquina para dirigir el tráfico, se pudo mover, se quedó totalmente engarrotado como un espectador más, con su silbato en la boca, como un árbitro sin marcar un penal.

Pero justo en el arroyo vehicular, con automóviles aún circulando, Óscar apareció como un jugador de futbol americano, para embestir al ladrón que iba corriendo a toda velocidad. El choque de cuerpos fue impresionante, y a pesar de que Óscar tiene muchos kilos más que Genaro, se llevó la peor parte, tal vez debido a la baja estatura del ladronzuelo, que no pasa los 1.50 metros

Luego del encontronazo, Óscar quedó tirado casi noqueado por un fuerte golpe en la cabeza y con la nariz escurriendo sangre, como si le hubieran abierto una llave. La sangre se mezcló con su cabello rubio y ojos verdes que poco a poco reaccionaban, ante la ayuda que recibía de uniformados que se acercaron.

—¿Cómo te llamas?

—Óscar.

—¿Estás bien?

—Sí… sí… sí… Estoy bien —dijo, trastabillando la lengua—.

—¿Sabes dónde estás?

—En el zócalo —respondió a las preguntas que le hacía un uniformado, quien le revisaba el cráneo buscando algún daño, que por fortuna no encontró.

En tanto, a pesar del golpazo, Genaro aún intentó escapar, pero ya fue inútil, al ser detenido por policías municipales, quienes inmediatamente lo apresaron contra uno de los muros del portal Hidalgo.

—¿Viste que lo estaban correteando al ladrón?

—Lo intercepté, vi que lo estaban correteando y lo intercepté y pues ya.

—¿Qué te impulso a hacer esto?

—Pues nada más vi que había robado y pues me le aventé —dijo mientras era subido a una patrulla para ir a rendir su declaración—.
Mientras tanto, Catalina señaló en entrevista que fue sorprendida por la espalda por el ladrón, quien le arrebató la mochila que portaba: “Me arrebataron la mochila, fue muy sorpresivo, lo agarré, pero pues se la voló”.

Luego de 35 minutos del incidente, cuando todos los protagonistas se habían retirado al Ministerio Público, apareció de pronto a toda velocidad una ambulancia de la Cruz Roja, cuyos tripulantes se fueron como llegaron: solos.

Sin denuncia

Se calcula que 50 por ciento de los “cadeneros” detenidos por las autoridades queda libre por falta de denuncias, debido a que los ciudadanos no ratifican las querellas en contra de quienes operan en el primer cuadro de la ciudad.

En 2012, se logró detener en infraganti a 250 “cadeneros” en la capital, principalmente en la zona del centro histórico, sin embargo, de este total, solo 120 fueron remitidos. El incremento de los asaltos por parte de los denominados “cadeneros” que operan en el centro histórico obligó a los empresarios del ramo hotelero a invertir en sistemas de seguridad.

Incluso, recientes denuncias de transeúntes y vecinos del centro histórico afirman la aparición de los “cadeneros”, quienes despojan a las personas de sus pertenecías como alhajas o bolsos. Las quejas se han denunciado por medio de redes sociales, alertando que los delincuentes operan sobre la calle 10 Poniente, entre 3 y 5 Norte, así como en los alrededores de la Casa del Abue, ubicada sobre la 11 Norte, y hay quienes se atreven a hacerlo en el zócalo, como el caso de Genaro.

El año pasado se instalaron cámaras de video-vigilancia en las calles, para mayor seguridad, así como una mayor participación de los cuerpos policiacos al realizar rondines, lo que logró resguardar a 50 “cadeneros”. Pero ahora, vecinos y transeúntes indican que la vigilancia por cámaras ya no funciona y los robos siguen incrementado.

En redes sociales se ha señalado que el líder de esta banda de “cadeneros”, de tez morena, aproximadamente 1.72 metros de altura y jorobado, porta una arma para atracar a las personas y, además, vende droga. El problema persiste desde hace varios años, incluso en 2011, por eso 150 hoteles ya cuentan con videocámaras de vigilancia por recomendación de las autoridades, además de que capacitaron a por lo menos 500 trabajadores de este sector e incrementaron los rondines policíacos.

En ese entonces, el presidente de la Asociación de Hoteles y Moteles de Puebla, Gustavo Ponce de León, aseveró que los huéspedes se han quejado de las bandas que aún operan en el centro histórico de la ciudad. Ponce de León recalcó que los hoteleros tomaron cartas en el asunto para aminorar este problema que no se ha erradicado en el centro histórico.

Destacó que con el apoyo de las autoridades estatales y municipales se capacitan con especialistas para el personal de estos establecimientos, para saber qué medidas tomar en este tipo de casos: “Muchos de los huéspedes se quejan de que hay muchos asaltos de cadeneros que les roban cadenas, celulares y carteras en el primer cuadro de la ciudad, por lo que hablamos con la autoridad y ésta nos apoya”.

Detalló que las autoridades incrementaron los rondines la mayor parte del día, con el fin de atacar en mayor medida este problema y terminar con estas bandas. Además, recalcó que han registrado casos en los que los delincuentes esperan que pasen las patrullas para posteriormente actuar.

Precisó que por eso se dieron a la tarea de apoyar al gobierno invirtiendo con recursos propios para adquirir nuevos sistemas de seguridad. Hasta el momento son 150 de 200 hoteles y moteles adheridos a esta asociación los que han incluido en sus medidas de seguridad las videocámaras.

Por lo anterior, llamó a las autoridades a mantener los operativos que combatan las bandas que operan en esta zona de la ciudad para garantizar la seguridad de los turistas.