Al asegurar que las calles y las viviendas inundadas por el desbordamiento del río Atoyac —el pasado domingo por la noche— son un “foco” de infección para los habitantes afectados, Claudia Toriz, vecina de la colonia Reforma Sur, aseguró: “No se quitó todo el lodo, vean, hay bastante lodo y no es un lodo normal. La última casa de la calle está deshabitada, la señora que vive ahí es sola, es de la tercera edad y con discapacidad, por eso nada más la sacaron, porque no sabemos dónde viven sus hijos, pero la casa todavía está contaminada, hay lucho lodo y tierra que no se seca”.
Ante eso, Sergio Rosas, vecino afectado, afirmó que solamente reciben apoyo en un 40 o 45 por ciento: “Los servicios de salud vinieron el primer día y nos vacunaron contra el tétanos, pero ayer pedimos penicilina, porque ya empezaron a salir las infecciones en la garganta, pero quedaron en contestarnos: Esperamos que hoy miércoles nos traigan apoyo, ya vino la señora Dinorah, recorrió todas las calles, pero hay que decirlo, la gente se está enfermando porque todos resienten la mojada, pero además sale un polvito muy fino, lo que afecta la garganta”.
Claudia Toriz dijo que de momento no tiene para comer, porque ya no sirven las estufas y los refrigeradores de casi toda la gente se echaron a perder: “Aunque unas personas ajenas al gobierno y ajenas a la junta auxiliar estaban trayendo comida, desde los tamales hasta el atole, algo que se agradece, pero ya se olvidaron de nosotros, incluso allá adelante hay gente que no tiene ropa para ponerse ni cama donde acostarse, no tienen cobijas, hay personas que están peor que nosotros”.
La organización social nos saca adelante
Y aunque los policías que permanecen en la zona, aseguraron “que no se acercan para pedir ayuda”, la señora Claudia Toriz dijo que los vecinos ya se organizaron para darse apoyo entre ellos: “Aquí predomina la organización vecinal, más que el apoyo gubernamental”.
Pero desde el gobierno tienen todo vigilado y no los dejan hablar con los medios de comunicación: “Por eso nos ponen la patrulla, no permiten la entrada a periodistas, porque estamos diciendo la realidad de la situación”. Aunque reconoció que de parte del presidente auxiliar de La Libertad son atendidos de manera puntual: “Viene dos o tres veces al día para atender nuestras demandas, incluso su esposa vino a cocinarnos, pero sabemos que no pueden cubrirnos la totalidad de nuestras necesidades, porque acaban de entrar al gobierno”.
Acusan negligencia gubernamental
A decir de Sergio Rosas, la desesperación crece entre los habitantes de esa parte de la colonia Reforma Sur, porque apenas empiezan a secar los pertenencias y vuelve a llover: “Hasta el momento no nos han ofrecido reubicación, aunque la mayoría no se va a querer ir, pero todo esto pasa por la negligencia del gobierno, porque es la Comisión Nacional del Agua la que está a cargo de los ríos y las barrancas, porque aquí ha llovido, pero el río no se sale, llega a su tope pero no se sale, pero no hay una coordinación de la presa de Tlaxcala con la presa de Valsequillo y nos dejan venir toda el agua de Tlaxcala y no abren la de Valsequillo, ese es el problema fundamental, por eso se sale el río, no porque llueva bastante, porque ya vimos que normalmente el agua sube en media hora y baja otra vez en media hora, pero es ilógico que digan que por la propia naturaleza nos inundamos”, porque de ser así, ahora mismo estarían hasta el tope.
Es por eso que, desde su perspectiva, el problema del desbordamiento y de las inundaciones consecuentes es de las autoridades, pero no lo reconocen: “Son errores que a nosotros nos pasan a perjudicar, sí, es cierto, sabemos que hay zonas federales ocupadas, pero son errores de ellos, que nos cuestan a nosotros, pero ellos no reconocen eso”.
Que nos rasquemos con nuestras propias manos
Por su parte, Alejandra Contreras afirmó que, aunque los primeros días llegaron las autoridades a prestar ayuda, ahora ya no se les ve: “Nada más entre vecinos nos estamos apoyando, servicios de salud ya llegó a vacunarnos, pero solamente un día, los vecinos ya nos conformamos para estar un poco tranquilos, pero perdimos desde camas, ropa, zapatos, todo lo material.
“Qué poca de las autoridades, créame que aquí las autoridades vienen valiendo gorro, si creen que por una despensa que trae harina, frijol arroz, pero no tenemos donde guisar, para qué mandan eso y quieren que los niños estén aquí, en este foco de infección, para darnos un litro de leche, están mal, para justificar que nos están ayudando”.
De hecho, agregó, solamente les dicen que van a abrir compuertas: “Que ya no debemos estar aquí, por eso vamos a buscar ayuda entre vecinos, porque ya las autoridades prácticamente ya nos dijeron que ya no hay ayuda, ya Protección Civil y Gobernación nos retiraron la ayuda, a una vecina le dijeron que hay que rascarnos con nuestras propias manos”.
La vivienda en la que vive, dijo Alejandra Contreras, es compartida con siete personas, entre las que hay dos menores de edad, de dos años y medio y de cinco meses: “Pero no están ahorita, las mandamos a un lugar seco y limpio, porque aquí es un foco de infección”.
Les ofrecieron albergues pero optaron por casas familiares
En otra de las viviendas, a unos 10 metros del afluente del río Atoyac, Rafaela Amador aseguró que en un primer momento llegaron los doctores y los vacunaron contra el tétano, incluso reconoció que llegaron a clorar el agua: “Todos los muebles están mal, el refrigerador, la estufa, la computadora, las cortinas”.
Aunque les ofrecieron recuperar todos los bienes, antes ya les sucedió lo mismo: “Hace cuatro años nos prometieron ayuda y no nos dieron nada, no tenemos confianza en el apoyo, de los muebles de la planta baja no se salvó nada, y aunque nos ofrecieron ir a los albergues, pero nos fuimos con familiares”.
Lo que tienen ahora mismo, agregó Rafaela Amador, es mucho miedo, porque aunque pueden llegar sin problemas a la planta baja de la casa, temen a las lluvias: “No tenemos dónde cocinar, no podemos estar abajo, aquí vivimos cuatro adultos y dos niños, y sí, nos trajeron despensas, pero no nos ofrecieron salir de nuestras viviendas”.
Esto es lo poquito que tenemos
Asimismo, otra de las vecinas, que lleva 40 años de vivir en la zona, aseguró que desde el día de la inundación llegaron a apoyarlos, pero no tienen información sobre enfermedades, nada más llegaron a vacunar para las infecciones: “Pero no nos han dado información permanente, solamente nos dicen que va a seguir lloviendo, pero sabemos los riesgos que corremos. Yo tengo aquí 40 años y he pasado cinco inundaciones, pero tiene uno la necesidad de vivir aquí, mi hijo lavó ayer la cisterna y ya le echamos cloro, porque nos lo dieron, y el agua para beber la agarramos de la potable”.
Y aunque tienen esperanza de que el gobierno les cumpla con la promesa de apoyarlos, dijo: “Ahorita estamos como siempre, así hemos estamos siempre, no tenemos nada, la sala ya no sirve porque recibió malos olores del agua, los muebles se descompusieron, pierde uno mucho, pero dicen que nos van a ayudar y a la mera hora no ayudan.
Muchas veces nos han pedido desalojar, ¿pero cómo nos vamos? Lo poquito que tenemos es esto, ¿pero a dónde vamos? Hace 14 años, a unas familias que están más cerca del río, sí les dieron apoyo, pero como todo, la gente es egoísta, porque dicen que muchos no tienen necesidad, comienzan los vecinos a decir eso y ya no apoyan a uno, la misma gente se ataca”.