Sin un proyecto ejecutivo claro y visible para los poblanos, y con una inversión súper millonaria de 85 millones 699 mil 327 pesos y 67 centavos, destinada para la remodelación; sin claridad en relación con las empresas y franquicias que se instalarán al interior, las obras en el Parque Ecológico están a punto de concluir.

El ecocidio ya es una realidad, porque la empresa constructora a cargo de la remodelación, Eura, ya derribó unos 200 árboles, pero lo peor es que el proyecto avanza, a pesar de la oposición social.

Lo que intenta el gobierno del estado de Puebla es modernizar un espacio que tuvo hasta hace unos meses la categoría de ecológico, de pulmón verde y de promotor de la diversidad natural.

La obra, aseguran los trabajadores de la misma, está proyectada para ser entregada antes del cuarto informe de actividades del gobernador poblano, Rafael Moreno Valle, y será hasta entonces que se conozca la magnitud de los daños sociales y ecológicos generados.

Pero de momento el proyecto total se mantiene bajo total hermetismo, sin información clara y precisa sobre la realidad del proyecto morenovallista para el Parque Ecológico. Solamente se tiene claro que, junto con el aviario, estará bajo custodia de Africam Safari, sin una licitación previa.

En el ojo del huracán

A casi 29 años de su inauguración, el Parque Ecológico Revolución Mexicana pasa por una de sus etapas de mayor exposición ante la opinión pública, pero no por ser el principal pulmón de la ciudad, sino porque con los nuevos planes de la remodelación que realiza el gobierno del estado está por venirse abajo el principal atractivo de las 58 hectáreas de áreas verdes: el aviario.

La administración y mantenimiento del domo que alberga a más de mil 200 ejemplares de 136 especies paso de manos de la asociación de la Unión de Capturadores, Transportistas y Vendedores de Aves Canoras y de Ornato del Estado de Puebla al gobierno del estado de Puebla, sin un aviso anticipado y sin un proyecto puntual.

Fue el miércoles 17 de septiembre cuando se cerró el paso al público al Parque Ecológico, con el argumento de que iniciarían trabajos de remodelación de las 58 hectáreas, incluido el aviario.

Hasta ese día nadie sabía del proyecto, incluso los trabajadores del aviario, encabezados por Martín Camacho Morales, se dijeron sorprendidos; los deportistas habituales y los comerciantes ambulantes, tanto del interior como de las afueras del parque, se toparon con la noticia.

Pero, ante la sorpresa de la gente, el gobernador del Estado, Rafael Moreno Valle Rosas, anunció el arranque del proyecto y calificó de necesarias las obras de remodelación y remozamiento de los espacios, pero agregó que era urgente que hubiera áreas comerciales y estacionamientos en esa zona, para incentivar el crecimiento económico.

Aviario, sin subsidios ni fondos gubernamentales

Si bien el Parque Ecológico Revolución Mexicana se inauguró en 1986 en lo que fueron los terrenos de la antigua base aérea militar, el aviario entró en óptimo funcionamiento hasta 1989, cuando pasó a manos de la Unión de Capturadores, Transportistas y Vendedores de Aves Canoras y de Ornato del Estado de Puebla.

Desde ese año y hasta septiembre de 2014 Martín Camacho Morales estuvo oficialmente al frente del domo de 25 metros de altura y 60 metros de diámetro.

En la disputa por el espacio, el director encargado del aviario reveló que en 24 años de trabajo no hubo fondos de gobierno para dar mantenimiento a las instalaciones, para comprar el alimento de las aves o para atenderlas en caso de enfermedad, y los recursos eran obtenidos a través de las cuotas de recuperación de las entradas de grupos escolares y familias que ingresaban diariamente.

El aviario funcionaba como refugio, pues las personas que tenían un ave como mascota y ya no podían hacerse cargo de ella la entregaban en donación, incluso la misma Procuraduría Federal del Protección al Medio Ambiente entregó al aviario diversos ejemplares en custodia, luego que las recogían en decomisos.

Pero de un plumazo por parte del Rafael Moreno Valle, el 14 de septiembre los trabajadores ya no pudieron ingresar, más allá de la angustia por la pérdida de fuente de empleo para los empleados, la principal preocupación era el bienestar de los animales. 
Protestas contra la remodelación

De inmediato, las personas que ocupan habitualmente los espacios del Parque Ecológico para sus rutinas de ejercicios y el esparcimiento familiar se organizaron en protestas, cadenas humanas y volanteo, en repudio de los planes del gobierno estatal.

En respuesta, la administración estatal intentó explicar los hechos en un escueto comunicado en el que se leía: “Es importante señalar, que el aviario ubicado al interior del recinto, no sufrirá afectación alguna. El Gobierno del Estado, tiene la firme convicción de salvaguardar la integridad de las especies que ahí se ubican. Durante el proceso de modernización, los más de mil 200 animales contarán con personal altamente capacitado para resguardar su bienestar, alimentación y salud”, sin embargo, falló en ese compromiso.

Pero los trabajadores del aviario aseguraron que ni el gobierno del estado ni la misma SDRSOT cuentan con el personal suficiente y capacitado para atender a los animales, así que, pese a la cerrazón de las autoridades y la rapidez con la que quisieron deshacerse de Martin Camacho, tuvieron que abrirle las puertas para que siguiera alimentando a los animales.

Acusan persecución 

Ante lo abrupto del cierre y a manera de justificación, el gobierno del estado, a través de la SDRSOT, intentó justificar el hecho argumentando abandono de las áreas y malos manejos en el aviario de parte de Martin Camacho.

Incluso, una semana después, el gobierno del estado intentó legitimar sus medidas contra el personal del aviario, con la intervención de la Profepa.

Así, el 24 de septiembre, la dependencia federal ingresó a realizar una revisión al aviario, argumentando que había recibido denuncias ciudadanas de que en el interior se maltrataban animales e incluso había tráfico de aves exóticas.

Y el 2 de octubre dio a conocer un informe en el que se encontraron 316 ejemplares de 13 especies en peligro de extinción, entre los que se encontraban la guacamaya roja, guacamaya verde, un mono araña, un pato real, perico serrano, pava cojolita y tucanes de pecho azufrado.

Sin embargo, la acusación no procedió, pues el día 8 de octubre el personal del aviario acreditó la procedencia de las aves ante la Profepa, a través de un expediente detallado que entregó a la dependencia, además trascendió que en 15 años la dependencia federal no había realizado una revisión de las instalaciones, toda vez que las conocía, pues había dejado varios ejemplares de aves a resguardo del personal.
Cabe señalar que las aves que fueron “aseguradas” por la Profepa en ningún momento fueron sacadas de aviario.

Un proyecto millonario

La información que brinda el gobierno del estado a través de su página oficial de internet es la siguiente: “Como parte de las acciones de rehabilitación y remozamiento del Parque Ecológico, la SDRSOT, tiene proyectado darle nueva vida a este espacio para perfilarlo como un modelo integral que ofrezca áreas dedicadas al deporte, la integración familiar, y la construcción de una cultura ambiental relacionada con acciones de reforestación y mantenimiento de las áreas verdes urbanas.

”Para esa obra se tiene prevista la inversión de 100 millones de pesos para la modernización de la pista de trote y ciclopista, la reja perimetral que rodea todo el parque, así como la caseta de acceso principal, el estacionamiento, los sanitarios y las áreas verdes, empero, ninguna de esas acciones eran urgentes y necesarias.

”Cabe señalar que la nueva reja perimetral del parque ecológico es igual a la que colocaron alrededor del parque del arte y de la zona de los fuertes”.

La última embestida

En el mes de diciembre, los vecinos de la zona se mostraron alarmados por otro derribo de árboles, que ahora se sabe lo justificaba la construcción de un puente elevado que comunicará la 31 Oriente con la 24 Sur. Entonces se retomaron las protestas, pero al gobierno poblano no hay nada que lo frene en sus proyectos, que no están basados en políticas públicas y son más bien políticas gubernamentales impositivas.