El fuerte de Los Remedios se encuentra en el olvido para los poblanos, pese a que fue el cuartel general donde Ignacio Zaragoza comandó a las tropas el 5 de Mayo de 1862 y derrotó al ejército francés. “Si hay suerte, algún funcionario va a arrumbar una corona de flores y se retira”, señalan los vecinos.
A poco más de un kilómetro del fuerte de Guadalupe, lugar donde se dio el combate de la batalla de 1862, se encuentra la iglesia de Los Remedios, la cual fue ocupada por el Ejército de Oriente durante la intervención francesa, y el lugar donde por la noche se mandó el mensaje al presidente Benito Juárez anunciando la victoria.
“El ejército francés se ha batido con mucha bizarría… (sin embargo) su general en jefe lo ha hecho con torpeza” (por ello, finalmente) “Las armas nacionales se han cubierto de gloria”.
Previo a la conmemoración del 5 de Mayo, el lugar se encuentra vacío, pocas personas se acercan a leer sus placas maltratadas y los vecinos señalan que se encuentra en el olvido, y ha sido menospreciado a pesar de su importancia histórica.
A pesar de que el templo fue construido en 1560, las crónicas señalan que fueron derrumbados los muros que lo convirtieron en fuerte durante la intervención francesa.
Al preguntarle a la gente cuándo fue la última ocasión en que hizo una ceremonia oficial, nadie lo recuerda, aseguran que sólo por las placas saben lo que pasó; incluso dudan que sea cierto que Ignacio Zaragoza haya estado allí.

El general Negrete
Fue en ese lugar donde el general Miguel Negrete, proveniente de Atlixco, partió a la zona de Loreto y Guadalupe para enfrentar al ejército invasor, por ello la calle 20 Norte lleva el nombre del general que enfrentó en Atlixco a los franceses.
Algunos entrevistados indicaron que el desfile del 5 de Mayo o al menos uno de los contingentes debería de partir de ese lugar para recordar el hecho, pero todo se concentra en sitios que incluso no tienen nada que ver con la batalla.

El edificio
La iglesia de Los Remedios fue el importante bastión donde el general Ignacio Zaragoza decidió concentrarse para planear y llevar a cabo la heroica defensa de la capital ante la inminente llegada del ejército francés, encabezado por el experimentado Charles Ferdinand Latrille, Conde de Lorencez, durante los primeros días del mes de mayo de 1862.
El inmueble tiene una elegante fachada azul, y luce actualmente una sola torre completa; esta discreta edificación religiosa fue originalmente la capilla de un desaparecido fuerte que, al igual que los sustentados en los cerros de Loreto y Guadalupe, tenía como misión la obstrucción (total o parcial) del paso de los soldados europeos (la mejor fuerza militar de la época) en su camino —por la vieja vía que venía del Puerto de Veracruz— hacia la región centro del país.

El Cristo de la Bala
Entre las leyendas del lugar, se dice que un soldado francés, que había logrado internarse en la nave central de Los Remedios, al ver una sombra disparó contra ella sin saber que la persona que hacía por ocultarse era el mismísimo jefe de la División de Oriente. 
El general Zaragoza libró la muerte al protegerse tras la escultura de un Cristo de madera que, finalmente, recibió el impacto de la bala.
Desde ese entonces, en el marco de las fiestas típicas de Semana Santa en la ciudad de Puebla esta imagen (conocida también como el Cristo de la Columna o de Bala) es muy venerada por aquellos que han logrado sobrevivir tras haber recibido un ataque o asalto por arma de fuego.

El fuerte
Este fue un fuerte cuadrado de baluartes, también conocido como Zaragoza, perteneciente a la Línea de los Remedios y Totimehuacán, (Zaragoza–Ingenieros). El fuerte tenía de 160 a 180 metros de largo por lado y se encontraba a una distancia de mil 480 metros del Fuerte Ingenieros, a 600 metros del Fuerte Independencia, a 600 metros de la Garita de Tepozúchil y a mil 496 metros de la catedral de la ciudad.
Al mando estaba el Comandante Rodríguez, ya que fue él quien lo terminó. Al frente de su artillería se encontraba el capitán primero de artillería y teniente coronel de infantería Dionisio Aragón.

Artillería asignada
Cañones de 24, ingleses, en cureñas de plaza y costa: una de bronce y cero de fierro.
Cañones de 24, españoles, en cureñas de plaza y costa: dos de bronce y cero de fierro.
Cañones-obuses de 15 c/m, neerlandeses, en cureñas Gribeauval: cero de bronce y cinco de fierro.
Cañones de 12, en cureñas Gribeauval: cero de bronce y dos de fierro.
Cañones de 8, de batalla: cuatro de bronce y cero de fierro.
Obuses de 15 c/m de batalla: dos de bronce y cero de fierro.
Obuses de 12 c/m de montaña: tres de bronce y cero de fierro.
Morteros de 12 c/m: cero de bronce y dos de fierro.
Total 21 piezas de artillería; 12 de bronce y nueve de fierro.

De panteón a parque
El parque que se encuentra frente al templo formó parte del fuerte, y tuvo uso de cementerio; se dice que algunos de los caídos el 5 de Mayo fueron sepultados ahí; sin embargo, todos los restos fueron exhumados y nunca se documentó el hecho.

 

El Panteón Francés
A 153 años de la batalla, el Panteón Francés guarda los restos de combatientes franceses y mexicanos que cayeron el 5 de Mayo, uno tercero se desconoce si murió en 1862 o un año después.
Inaugurado por Porfirio Díaz en 1901 —quien el 23 de noviembre de 1896 colocó la primera piedra—, el monumento está conformado por una pequeña capilla edificada por el arquitecto francés Auguste Leroy y por un conjunto escultórico que proyecta las figuras de un soldado francés y uno mexicano que se estrechan las manos, bajo la mirada de un “ángel de la paz”. 
Se dice que ahí se resguardan los restos de cinco mil excombatientes y de distinguidos militares de grado, cuyos nombres se encuentran grabados en las lápidas de la cripta principal.
Entre los nombres de los caídos por parte del ejército francés se encuentran Raoul, así como L. Gaillard.
De acuerdo a personas del cementerio privado, esperan realizar una ceremonia con la presencia del cónsul de ese país en México, para recordar a los caídos de ambos bandos, como una manera de llamar a la reconciliación de ambas naciones.