Ante los favores recibidos, los fieles católicos de la colonia Amor y del poniente de la capital regalaron a Santa Teresita del Niño Jesús un nuevo templo con capacidad para unas 700 personas, quienes ya no escucharán la misa dominical en el atrio del anterior inmueble, ubicado sobre la 2 Poniente.

En medio de una fiesta que generó que fuera cerrada la avenida 4 Poniente, a la altura de la 27 Norte, donde se colocó una gran lona para que la gente sin lugar en el templo pudiera escuchar la misa sin mojarse, se dieron las palabras de consagración de la nueva casa por parte del arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa.

 


Cumpliendo con todo el ritual para consagrar el templo, arzobispo recibió las llaves de los arquitectos, para abrir la entrada principal y con ello iniciar la ceremonia ante los aplausos de los más de mil 500 asistentes. Rociando con agua bendita los muros, mientras los sacerdotes tocaban con sus manos las paredes, a fin de ungir el crisma como señal de que es un lugar santo, la procesión llegó al lugar del altar mayor.
Con incienso y aceite fue purificado el altar, que posteriormente se adornó con un mantel blanco; como signo de luz, los niños del catecismo llevaban candeleros, y también se colocaron las flores. Fue a las 14:30 cuando el arzobispo encendió el primer cirio y con ello se encendieron las lámparas del templo, como símbolo de la luz que guía la fe.

Templos dignos


El arzobispo pidió a los fieles seguir construyendo templos dignos, e indicó que la palabra Iglesia significa “casa”, por ello hay que tener con lo mejor lugar de reunión de los fieles católicos. Explicó que para la construcción recomendó que hubiera un atrio para atender a los peregrinos, y aclaró que la petición a los sacerdotes es que no se convierta en un estacionamiento, sino en un lugar en donde la comunidad pueda reunirse antes y después de las celebraciones.

 

 

La unidad
El vicario parroquial de la comunidad de Santa Teresita del Niño Jesús, Leonel Zacarías Salazar, expresó que fueron los fieles quienes hicieron posible que en tres años se culminara la obra, que había tenido un lento avance desde hace unos 10 años, luego de que fuera iniciada por el presbítero Lupito y, posteriormente, por el padre Fermín, quien también hizo lo propio hasta que se fue a otra parroquia.
Tras la llegada del padre Mariano Montes, en 2012, se trabajó en la obra arquitectónica, y con la ayuda de la gente que, pese a los problemas económicos, aportó y participó en las distintas actividades para juntar los fondos.
Señaló que los fieles de la comunidad no han dejado de trabajar de manera ardua y realizaron colectas, rifas y el boteo en calles. Salazar Delgado comentó que el boteo fue la clave para que se concluyera el templo, ya que las familias llevaron un bote a sus casas para pedirle a los vecinos, aportar a su iglesia, y la obra se concluyó dándole a la santa patrona un templo digno.