“El tiempo alcanzó mi pensamiento de dedicarme a la pintura de grande”, revela el maestro Raúl Ponce de León, al echar la vista atrás sus ojos brillan como cuando chaval partía plaza y comenzaba a forjar su nombre entre las figuras de la tauromaquia nacional y global. El matador nacido en Ciudad de México, pero más poblano que el camote o el mole, confianza que su afición por el arte, especialmente por la pintura le nació en la primaria en sus clases de dibujo que abandonó para dedicarse al mundo taurino; su pasión, al igual que el pintar escenarios de la fiesta brava cuando ya comenzaba a tutearse con Carlos Ruano Llopis, David Cárdenas, Reinaldo Torres, Ramón Reveles y Fernando Mota.

La primera exposición del entonces joven torero ocurrió en 1970 al lado de Cárdenas, Torres, Reveles y Mota. El nombre del cartel fue muy taurino: 5 Pintores y un Torero. La sorpresa fue mayúscula porque sus cuadros comenzaron a comercializarse “dije de aquí soy y seguí pintando para cuando la edad me alcanzara”.

Foto: Cristopher Damián

Retirado de los ruedos desde el Domingo de Resurrección del año previó, recuerda con mucha, alegría cuando alternó con el pintor español Carlos Ruano Llopis en el museo Ciudad de México, “fue la máxima exposición”.

Pero remata que con los mexicanos David Cárdenas, Reinaldo Torres, Ramón Reveles y Fernando Mota aprendió a mostrar en los lienzos el arte del pincel y las tonalidades para dar vida a sus pinturas como lo hacía en el redondel.

El contacto con los buenos exponentes del arte de la pintura, reforzó su gusto por apreciar la belleza, cuando comenzó a alternar con los escultores Humberto Peraza y Francisco Flores Ibarra.

Foto: Cristopher Damián

“Con Cárdenas, Torres, Reveles, Mota, Peraza y Pancho mota aprendí a pintar y a tomar”, cuenta jocosamente con su puro en la mano y degustando un buen café 100 por ciento de grano mexicano en una mesa del Royalty, lugar donde gusta sentarse para apreciar la belleza y tonalidades del corazón de la Angelópolis.

“Estoy para que me estudien más que estudiar he visto muchos pintores al momento de que están plasmando su arte en los lienzos; yo hablaba con ellos, que me permiten estar junto a ellos cuando estaban pintando”.

Raúl Ponce tomó la alternativa hace 49 años en 1970, un 19 marzo con Raúl Contreras “Finito” y Mario Sevilla en Ciudad Juárez, la confirmación en la Plaza México fue en 1971 de manos de César Girón, un inmenso torero venezolano, él fue figura, alterno con Manolete.

Foto: Cristopher Damián

El ahora ganadero de San Miguel del Milagro, dehesa localizada en Tlaxcala, puntualiza que para pintar se necesita de soledad y retrospectiva, las mismas cualidades que se necesitan al momento de estar toreando.

“Yo soy autodidacta no estudia absolutamente nada, lo mío en la escuela fue el canto, el deporte y el dibujo que dejé por los toros”.

Recuerda que fue contratado para torear en Okinawa, Japón, cuando ya se codeaba con Manolo Martínez y Eloy Cavazos, pero a pesar del contrato y enviar cuadros al país del sol naciente, la corrida no se realizó.

Foto: Cristopher Damián

Ahora expondrá el viernes al lado de Eugenia Tazzinari en el “Heming’s House”, club de puros, ubicado en plaza Nativo en Lomas de Angelópolis, la inauguración será a las 20.00 horas.

La exestudiante de Diseño Gráfico de la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP), comenzó a plasmar su obra hace tres años.



Fotos: Cristopher Damián