El Panteón Municipal lució literalmente muerto, únicamente el trinar de los miles de pájaros que habitan en las copas de los árboles se escuchaba suave y sublime, abriendo camino a las ánimas en el día de Todos Santos. Los fieles difuntos este virulento 2020 inundado de Covid-19 no escucharon las plegarias ni el probaron el trago de tequila que sus familiares rezan y llevan al pie de las tumbas.
Ni los floristas del corredor comercial de la 35 Poniente entre 11 y 17 Sur, gritaban a 70 el rollo de Cempasúchil. El SARS-CoV2 alejó a familiares que cada año compraban sus multicolores flores para sus difuntos. La campaña del Ayuntamiento fue efectiva como el miedo a contagiarse de coronavirus evitaron la presencia de al menos 160 mil personas al campo santo.
El primer domingo de noviembre del 2020 ha pasado a la historia de Puebla como el primer día de Todos Santos en el que ni un humano pisó el principal cementerio de Puebla como los asentados en territorio municipal en donde las autoridades del gobierno morenista instalaron operativos permanentes para evitar el acceso de personas.
A lo largo de las semanas previas la alcaldesa Claudia Rivera Vivanco, además de los encargados de las secretarías de Gobernación, René Sánchez Galindo, y de Protección Civil, Gustavo Ariza Salvatori, conminaron a los ciudadanos a no acudir a los cementerios porque permanecerán cerrados durante las festividades de Todos Santos debido a la pandemia del Covid-19.
Así como advirtieron en su momento las autoridades, los 32 camposantos se cerraron y restringieron para evitar aglomeraciones y evitar contagios ante la posibilidad de un repunte de casos de coronavirus.